miércoles, abril 24 2024

Tristes Tópicos

Roberto Bolaño escribió lo que escribió porque tenía hambre. Y frío. Además estaba enfermo del hígado. En su pequeño departamento de Blanes (Cataluña, España) tenía un equipo de calefacción que siempre estaba apagado porque gastaba mucha luz. Los recibos llegaron altísimos cuando lo tuvo encendido. Por eso escribía con suéter, chamarra y bufanda. Y es que el frío en Europa es demoledor en invierno. Es un frío como el de César Vallejo en sus Poemas Humanos. O en Trilce: con sus aguaceros en París. Roberto Bolaño pasó hambre muchos años. No es que no comiera. Comía, sí, pero en proporciones pequeñas. Nadie puede comer normalmente cuando hace un frío del demonio y además le duele el hígado. El hígado debe estar conectado al sistema nervioso. También la sensación del hambre. Y qué decir del frío que se cuela por todos lados. El sistema nervioso se enciende como la calefacción cuando hay hambre, frío y dolor. El dolor es un camino rupestre que conduce a la escritura. Muchos escritores han apagado el dolor del alma (o del hígado) con versos, prosa, o con la combinación de ambos. El frío de Bolaño era milenario, o parecía ser milenario. En el Café La Habana, en México, en Bucareli, las meseras le servían café con leche para que se le quitara el frío. En Blanes, cuando tenía frío, bajaba a tomar un poco de té o café o leche, o café con leche como el que le servían las meseras mexicanas que tanto lo querían. Bolaño nos enseñó que para escribir lo que escribió había que tener hambre, frío, dolor. Dolor de hígado. Un hígado destrozado, como el que lo mató.

Nota bene: Esta columna que hoy inicia sólo hablará de libros y escritores. A veces hablará de perros o pueblos extraños. También hablará de comida y tragos, y películas o series. Hablará de todo menos de política. O quizás sí, pero desde la perspectiva de los libros, los escritores, los perros o los tragos. Gracias a Alejandra Gómez Macchia, a quien tanto quiero y admiro, por abrirme la puerta de este hermoso garage llamado Dorsia.

(MAM)

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