jueves, abril 25 2024

EXTRAordinadio

por Víctor Espinoza

«A mi madre, la mujer que nunca se ha dado por vencida especialmente conmigo»

«A mi padre, por su constancia y determinación»

«A mis hermanas y sobrinas»

“A mi hermano, con el cual salir a cualquier lugar, siempre es una gran aventura; Charly”

«A mis amigos, a la familia enruédate; porque sin sus personalidades, pasión y ganas de aprender, vivir y soñar hoy no estaríamos aquí»

«A mí por pelear por mi sueño más grande: Trascender».

Al recordar aquella noche de vueltas en mi cama, buscando mil respuestas a preguntas sin sentido, me trae una sensación de alegría. Sí, de alegría.

Tomar la decisión de ir a mi escritorio y buscar fotografías; ¿y qué son las fotografías, sino memorias, olores, momentos, miradas, música y palabras?

Transportarme a esos lugares y momentos, esos que me han convertido en la persona que soy ahora.

 Ver rostros en común, buscar empatía en sus ojos y actos, buscar la misma pasión en un tema del cual la sociedad mexicana ha olvidado en el desván de la desesperanza, una población «desplazada», «desvalorizada”; un grupo de personas, sentimientos, derechos y lucha: las personas con discapacidad.

Esa «minoría», la que representa a 7.2 millones de personas en el país, ese grupo de personas que, en definitiva, no son ninguna minoría. Entonces me pregunto, ¿por qué la sociedad mexicana está tan desacostumbrada a convivir con ellas?

La respuesta es fácil, por falta de interés, pero, sobre todo, de empatía; un valor fundamental que la sociedad mexicana está perdiendo.

Es por eso que existe Enruédate: una Asociación Civil comandada por jóvenes de diferentes especialidades, en donde reafirmamos nuestro compromiso y preocupación por un tema que, además de apasionarnos, nos mueve, nos motiva, y nunca deja de sorprendernos: la Inclusión exponencial de las personas con discapacidad.

Y radicalmente lo escribo: inclusión social, arquitectónica, referente a políticas públicas, de esa que se queda y trasciende, la que te marca el corazón, la Inclusión del alma.

Después de visitar algunas universidades, empresas, preparatorias y dependencias públicas, decidimos hacer nuestro primer foro enruédate, titulado “Queremos incluirte”, porque en verdad queremos que te sumes y, al igual que nosotros, te conviertas en portavoz de la Inclusión. Ayudados de patrocinadores valiosos que confiaron en nosotros, realizamos el 12 de octubre pasado, en el CRIT Puebla -la que me atrevo llamar mi casa y la de todo el equipo de enruédate- nuestro primer foro.

Y más que hablar del evento; que sin duda fue un éxito y tocó los corazón de los asistentes, me gustaría responder una pregunta de una persona muy importante en mi vida y motivación, mi jefe Carlos Manuel Meza Viveros, aquel Juez con palabras sabias, aquel hombre de diestros consejos; «el tiempo lo cura todo Víctor», aquel líder que me dedicó las palabras, que hasta el momento no había escuchado de una personalidad y un corazón tan gigante cómo el suyo. De la persona que me presenta como parte de su familia, de quien siempre me ha presentado como un “chingonazo”.

Es por eso que decidí contestar la gran pregunta que me hizo, y transcribo:

¿cómo fue que se dio la visita de Bosco, de Christian Ayala y de Kike Guajardo? “Qué buen ojo tuviste.”

Aquí la respuesta:

A Bosco, genio, detallista, culto, gran artista, gran amigo pero, sobre todo, gran persona; lo conocí una noche antes de dormir, decidí navegar por Facebook y llegué a un video, en donde Bosco describía su participación con la empresa automotriz BMW (ya en el foro, Bosco me confesó que ese video fue el primero que subió a su pagina).

Bosco se subió al barco de enruédate, convirtiéndose en portavoz de la Inclusión pero, más importante, amigo y familia directa de Enruédate.

Transcribo sus palabras: «Contigo hasta el fin del mundo, amigo».

Dicen que la primera impresión es la que cuenta, cuando Bosco salió de la sala de arribos en la terminal 2 del Aeropuerto de la CDMX, lo primero que vi fue una sonrisa enorme, y lo fundimos en un abrazo, sincero, fuerte, …incluyente.

Amigo, tú eres el GENIO. No insistas, que esta conversación ya la tuvimos.

Con Christian Ayala, la historia fue distinta. Me atrevo a contar que, el fue la primera persona que me contactó con Danto, las chicas que preparan la curación de mis conferencias; vaya magia que hacen.

Christian, siempre a sumar, máquina de transporte, y lo digo porque te lleva a nadar junto con él, entonces ese tiburón blanco que describe, puedo verlo, sentir con tan solo escuchar y ver en sus ojos, como lo cuenta.

Arriesgar la vida por niños con cáncer, vaya que Christian tiene un lugar reservado en los libros de la historia.

Enrique, también llego de una forma muy diferente a la de los demás. A Kike lo conocí cuando empecé a buscar conferencistas para este foro. Iba a ser una búsqueda difícil, una búsqueda con mucha paciencia.

Mientras estudiaba una conferencia de Tedx, el algoritmo de YouTube me arrojo a la conferencia de Enrique, la cual me atrapo por la siguiente frase: “Me gustaría preguntarles, qué excusas se ponen ustedes para no cumplir sus metas o no cumplir sus sueños”.

Me atrapó, porque justamente ese día no había ido al gimnasio por buscar conferencistas. Inmediatamente le envié un correo.

El 11 de octubre lo conocí, junto con su madre y me identifique muchísimo con él, no por la historia, no por su constancia en el gimnasio, no por su magnifico manejo del escenario, no por el gran orador y conferencista que es, sino por el gran amor y admiración que le tiene a su madre, como yo.

Es así como despido mi primer escrito, con la palabra mas importante de la vida: Gracias.

Por confiar, por apoyar, por vivirlo, por sentirlo, por hacerlo parte de su vida.

Pero sobre todo, gracias a ti que me enseñaste que lo que me había pasado no lo quería, pero lo necesitaba.

Gracias a todos los que me leen y los que nombré y recordé.

Gracias por estar aquí, siempre aquí.

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