jueves, abril 18 2024

Deja que yo te busqué y si te encuentro
Y si te encuentro, vuelve otra vez
Olvida lo pasado, ya no te acuerdes de aquel ayer
Olvida lo pasado, ya no te acuerdes de aquel ayer

Mientras yo estoy dormido, sueño que vamos
Los dos muy juntos a un cielo azul
Pero cuando despierto, mi cielo es rojo, me faltas tú
.”

-Cielo Rojo

Por Víctor Fernández Espinoza

Nacido en la misma comunidad donde mi abuelo, el maestro de vida que tuve, vio la vida: Los Ríos, cerca del pueblo mágico de Jerez de García Salinas Zacatecas, mi tío, mejor conocido como “El profe Benito” o como Benito Juárez García, homónimo del Benemérito, contaba que algunos 21 de marzo recibía congratulaciones erróneas por su “santo”.

Me tomo la libertad de escribirles el recuerdo que siempre tendré presente del profe Benito, el cual me hará contradecirme con los inmediatos renglones.

Y será, siempre, las últimas palabras que me expresó en una boda hace 10 meses, donde compartimos la mesa y platicamos codo a codo.

Pero antes, ¿quién dice, ¿quién indica, quién señala, quién apunta que las últimas palabras que escuchamos de un ser querido tienen que ser profundas? Tienen que ser un mensaje de paz, aliento y de amor incondicional. Quizá y solo quizá están sobrevaluadas o ¿alguien puede decirme si esas palabras son realmente importantes?

Imagínense escuchar la voz de un ser querido por ultima vez, ¿qué les gustaría escuchar de esa persona?

Empecé así esta columna, en este gran espacio para no recurrir a la tradicional y rutinaria formula (que debo aceptar es fabulosa) del “Conocí… Conviví con “don Benito”… El profe Benito fue mi maestro… y quizá muchas frases muy buenas, con grandes anécdotas pero, creo que eso habla más del que escribe que de la persona a la que se le está brindando la epístola.

Benito Juárez, ex alcalde de mi bello y mágico Jerez, profesor y fundador de varias instituciones, puso en marcha lo que hoy conocemos como “La Jerezada”. Contendiente para varias diputaciones en el estado, secretario y director de varias instituciones que más que un currículum, que seguro sería bastante amplio, el hablar de la gran persona que fue, es y será no entra en ninguna tamuja curricular, sino en los corazones y los recuerdos que dejó en cada una de las personas que tuvieron el privilegio de escucharlo cantar Cielo Rojo, de poder conversar lo que hoy nos mueve, además de su saludo sonriente,  de la mano de mi Tía María de la Luz en las calles de Jerez.

Enlistar los logros, pasajes, cargos y obras realizadas por Benito Juárez García, el oriundo de Los Ríos, cualquier persona podría saberlo, solo necesitaría googlear su nombre con algunas palabras claves anexas, y seguramente sus logros estarán ordenados en el sinnúmero de noticias que hoy protagoniza.

Podría argumentar, sin temor a equivocarme, que el servicio, en vida, que “El profe Benito” realizó para la sociedad lo hizo abonar al corazón el más y grande pago que un individuo podría recibir, el cariño y el respeto de las personas. El llamado éxito (así es como lo defino).

Hoy nos sacudimos con una noticia que azotó varios corazones y desempolvó varias reminiscencias, mi pueblito, me lo imagino mas inmóvil que la contingencia, nos lo ha dejado, me eriza la piel.

Orgullosamente lo digo y lo repito: mi tío “El profe Benito” (primo hermano de mi abuelo) dejó en mí el deseo de servir a la gente y servirle bien. El destino hablará si es posible este sueño, dado por el ejemplo de aquel personaje que cuando yo era niño y caminaba de la mano de mi abuelo, me preguntó:

-¿En que escuela va?

-Candelario Huízar, objeté.

Sin más, orgulloso de que estudiaba en la que también fue su escuela primaria, dio una palmada en mi espalda y siguió su camino.

Veinte años después, en el sacramento escrito en líneas principales, sentados codo a codo platicando de las noticias actuales familiares, tocamos dos temas que me enorgullecieron en el momento que me lo expresó y siempre lo hará.

-Usted ¿qué anda haciendo ahora?

Definitivamente es una pregunta que, si la siento sincera, me expreso y tomo mi tiempo para detallar mi respuesta.

Le conté de mis dos trabajos y culminé con:

-Soy presidente de una Asociación civil “Enruédate”…

Entre más platicaba, los ojos se abrían mas, el cuerpo se acercaba más y la respuesta me confirmó lo que el lenguaje corporal de mi querido tío me decía.

A su lado, Fidel Juárez García, hermano de “El profe Benito”, tío de mi madre, tío abuelo mío.

-Fidel, ¿no te recuerda a alguien?.

Mi madre, sin especular, contestó: -Sí, a mi papá, hasta le dicen Mauricito”.

-No María, ahora que me platica lo que hacen, estoy seguro que estoy hablando con Pancho, mi primo.

“El tío Pancho” fue hermano de mi abuelo, el cual no conocí ya que murió al incinerarse la casa donde vivía. Me aseguraba que “Pancho”, además de compartir rasgos físicos similares, teníamos algo en común: la pasión por servir a los demás, cada uno liderando su bandera.

La hora de abandonar el festejo de su parte llegó, y fue así como me despedí de un gran personaje querido entre mis Jerezanos, cuando antes de partir me dijo:

“no se detenga mijo, nunca se detenga”.

Esas fueron sus ultimas palabras para mí y para Enruédate. Y no, nunca nos detendremos.

Abrazo.

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