miércoles, abril 24 2024

Por Carlos Meza Viveros

En mi entrega del pasado 9 de septiembre, que titulé “Las cloacas del pseudo periodismo poblano”, me referí a algunos pseudo periodistas, pánfilos y paletos, que no han superado sus filias y fobias contra quienes de alguna manera, hemos sido críticos del ejercicio de nuestro derecho a ser respetados como lectores de aquellas plumas añejas que se estancan y no salen de perico perro en el ejercicio del periodismo, y puse como ejemplo al vomitivo Ricardo Alemán, ágrafo irredento utilizado por Enrique Peña Nieto pese a su extrema ignorancia, confirmando la teoría de que todos los mediocres poseen un sexto sentido que los hacen reconocerse y relacionarse entre sí.  La anterior reflexión viene a cuento porque el pasado lunes, el sedicente “periodista”, Rodolfo Ruiz, lanzó un petardo que nació cebado y lo reforzó a través de sus bots (tan influyentes entre sus cero seguidores), con la malsana  intensión de aludirme como abogado perdedor de un juicio de Ricardo Henaine Mezher.

Fiel a su estilo cobardón, el periodista de marras tuiteó (cito textual) “¿Qué influyente abogado de la 4T, muy dado a presumir su amistad con @BarbosaMx, acaba de perder un juicio donde pretendía que el gobierno de éste le pagara a su cliente un adeudo millonario? El cliente del susodicho abogado es Ricardo Henaine Mezher”,  para posteriormente (mediante sus bots, @desafuero y @nomasviolenciadegenero) dar a entender, que el litigante y abogado de Ricardo Henaine, perdedor de un supuesto juicio millonario, era el que esto escribe. Según me dicen, y no lo dudo, este maltrecho bulo fue un encargo de Héctor Sánchez (el hasta ahora Presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Puebla, y según él, integrante de la familia Gali López -palabras suyas a mi persona- antes de morderle la mano a quien lo cobijó e hizo magistrado).

Para conocimiento del trasnochado autor de La Corte de los Milagros, fui yo quien les dio la receta a los abogados chambones del morenovallismo para recuperar Valle Fantástico, aunque después de la receta dada terminaron haciendo un muégano que alargó innecesariamente el procedimiento de recuperación del predio UDU-SA18, destinado a un parque metropolitano en el que hoy pasean más perros que humanos. Entonces queda claro que el afán por descalificarme a través de sus bots, quienes retomando el tweet del zalagarda “@periodistasoy”, el pobre paria al lanzar el coletazo, manda a sus bots con la intención de causarme daño mediante el jugoso chayote de Don Héctor Sánchez, de donde recibe recursos para la chuleta, para que salgan de dudas, el magistrado y el periodista que en plan Andy & Lucas tratan de ofenderme y desprestigiarme, los reto a que acompañen a uno de mis abogados y chequen en tribunales quien o quienes asesoran a Ricardo Henaine Mezher, cosa que no sucederá dadas las características del tundeteclas, quien siempre ha hecho gala de una cobardía enciclopédica, sin mencionar que tras años y años de dirigir periódicos y portales sigue siendo un reportero pepenador que, cuando llega a tener buena información acaba por matarla con su prosa soporífera y cuando no tiene información echa mano de su onanismo mental.

Nuevamente el pintoresco personaje de marras, si las agallas y gónadas que nunca ha tenido, pretende golpearme pegándole al violín para que rebote en el violón, y así, al estilo Loret de Mola padre, en sus historias fantásticas en las que narra en una editorial patito, da santo y seña de los acontecimientos verbales, corporales y gesticulares que acontecieron en la mismísima oficina de los presidentes de la República como si un hombre invisible estuviera presente y tuviera la capacidad de colarse a los lugares más íntimos y recónditos de las salas del poder, al contar que un abogado que trabajó en mi despacho fue ofendido por mi gran amigo Higuera Corona, dando un mensaje ominoso hecho también por Miguel Barbosa, adversario del paria del periodismo (ese pollito quiere su maicito).

La cobardía de Rodolfo es flagrante.

La verdadera razón del encono en contra de Jonathan, es el hecho de que una mujer muy cercana a sus sentimientos reprobó un breve examen que el jurista postulante, hoy sub consejero, le hiciera, y de cinco pregunta contestó mal las seis. Eso sí es un hecho comprobable. Próximamente -y si sigue empeñado en jugar fuercitas tuiteras o epistolares conmigo- conseguiré los testimonios y la documentación de que lo escrito en el párrafo anterior es verdad y no chaquetas fantásticas con las cuales lubrica sus odios el personaje de esta entrega.

Lo digo sin acritud, pero lo digo.    

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