jueves, abril 18 2024

por Alejandra Gómez Macchia

Manzanilla repite

Por tercera ocasión, Fernando Manzanilla Prieto será Secretario General de Gobierno. Desde que apareció en el mapa político poblano se ha caracterizado por ser un hombre que posee atributos poco usuales: ha tenido pulso, tacto y paciencia. No es fortuito que ahora Luis Miguel Barbosa lo incorpore a su equipo como una de las cartas fuertes, teniendo en cuenta que desde su ruptura con Moreno Valle, Manzanilla se convirtió en uno de los críticos más severos de su gobierno; y bien dicen que aquel que conoce bien las fauces de las ballena es porque un día habitó dentro de ella.

Manzanilla lleva años construyéndose un personaje cuyos matices salen de los establecido; es un político que ha adoptado las mejores suertes del tecnócrata, pero que se ha sabido adaptar al modelo de López Obrador, aunque sin perder su estilo avantgarde, es decir, a Manzanilla no se le ve como un seguidor fervoroso del presidente, sino más bien como un profesional en el duro oficio de la operación política y la ejecución de proyectos. El deslinde del morenovallismo representó un punto de inflexión en su vida pública y privada; recordemos que en un principio la prensa jugaba apuestas al afirmar que aquel divorcio era parte de una estrategia, pero con el tiempo Manzanilla fue evidenciando que la separación fue tajante y definitiva, así logró afianzar su propia personalidad política con el pulso y el temple que le otorga ser, además, dueño de un discurso inédito (para muchos un tanto utópico) cuya premisa es alcanzar la felicidad como ese estado de gracia del que sobreviene tanto el éxito como la sabiduría.

Luis Miguel Barbosa sabe que Manzanilla es uno de sus mejores fichajes, ya que de una u otra manera encarna la disidencia y la rebeldía inteligente. Es un hombre culto que no se ha rendido a los excesos como lo hicieron sus ex compañeros de grupo.

Ricardo Velázquez y el “lado B” de la historia

Para conocer la verdadera historia de alguien es preciso no quedarse en la superficie, mucho menos en lo que dice la prensa que oscila en la mar de intereses y publica según caiga el chayo.

La designación de Ricardo Velázquez como consejero jurídico es otro de los nombramientos de Miguel Barbosa que han llamado la atención.

¿Quién es Ricardo Velázquez?

Citar todo su CV quitaría mucho tiempo, pero se ha desempeñado como consejero, asesor jurídico, juez, magistrado y presidente de la junta de administración del Poder Judicial del Estado de Puebla, entre otras posiciones. Y cuando sugiero que para conocer la historia de un hombre hay que hurgar en todas las capas posibles, lo digo porque en este caso en específico, Luis Miguel Barbosa ha dado muestra de su madurez política, ya que no se ha dejado influir por voces maledicentes que están poco enteradas de la realidad y se han mostrado sorprendidas con la llegada Velázquez  a la consejería, por una razón: porque fue consejero jurídico de Marín. Es cierto; sin embargo, sólo unos cuantos  saben lo que pasó tras bambalinas con respecto al papel que Velázquez jugó en el lamentable caso Lydia Cacho…

Desafortunadamente el poder a mansalva pierde a la gente que no está preparada para ello, y eso fue lo que le sucedió a Mario Marín, sin embargo, no todos los que lo rodeaban para el momento de su metamorfosis estuvieron de acuerdo en su proceder, uno de ellos era su consejero jurídico, quien fue de los pocos que se acercaron a él cuando la ola estaba cayendo sobre su cabeza para, literalmente, aconsejarle y sugerirle que saliera a pedir perdón a la periodista y a la opinión pública en vez de montarse en el tren de la soberbia como acabó por hacerlo hasta convertirse en un impresentable y hoy en un prófugo de la justicia. En ese tiempo Velázquez llevó a cabo la labor para la que había sido encomendado desde un principio: aconsejar, y no sólo en términos jurídicos sino pasándose al terreno de lo moral, de lo correcto, lo que propició que el grupo compacto del Marín comenzara a grillarlo como suele suceder en las cúpulas del poder. Velázquez jamás estuvo de acuerdo en el trato que Marín le dio a Lydia Cacho y así se lo hizo saber desde el primer día, lo que enfureció al gobernador a tal grado que no tardó en remover al consejero del cargo para después dárselo a una abogada, que por cierto, más tarde trabajó para Martha Érika Alonso. Lo demás es historia.

Por su paso en la consejería jurídica marinista, la designación de Barbosa genera polémica, sin embargo, desde su candidatura el discurso ha sido el de la reconciliación y la suma de talentos; Velázquez es un abogado avezado y respetado que se ha ganado cada uno de los lugares que ha ocupado.  Que las circunstancias del pasado lo hayan colocado en una posición incómoda, no es responsabilidad suya; por lo tanto no hay que ver el árbol si hay un bosque inmenso alrededor. En este otro caso, como en el de Manzanilla, también es importante conocer lo que pasó dentro de las fauces de la ballena, y como espectadores echar mano del sentido común: ¿quién sino aquel que estuvo dentro conoce mejor que nadie las luces y las sombras del leviatán?

Salir vivo, y sobre todo, ileso, es prueba de que se tienen tamaños y talento.

A veces el lado B de historia, la que da pereza escudriñar por falta de curiosidad, es el lado correcto.

¿Quién es Fabiana Briseño y por qué será Secretaria de Turismo?

En todos los grupos hay un personaje discreto que no aparece en primer plano, sin embargo, no por ello deja de ser necesario para que el sistema del que forma parte funcione, avance, suene. En el rock, esa figura está encarnada en el baterista. En la escritura, es el editor. En la danza, el coreógrafo. En la política, los operadores.

Fabiana Briseño ha sido nombrada como Secretaria de Turismo por el gobernador electo, Luis Miguel Barbosa. El anuncio se dio el pasado viernes, junto con otras dos designaciones: Karen Berlanga, que va a la contraloría, y Mónica Díaz de Rivera,  en la nueva Secretaría de Género. Tres mujeres que, sin duda, darán mucho de qué hablar dentro del que hasta hace poco era un microcosmos de hombres. De esta triada de valiosas mujeres, una destaca por haber aparecido –aparentemente- de la nada en el escenario político, sin embargo, pocos saben que Fabiana Briseño lleva años participando de la vida pública, no sólo local, sino nacional, de una forma discreta, como el baterista o el coreógrafo o el editor.

La nueva secretaria de turismo posee algo que ningún otro secretario anterior: relaciones con personajes de primerísimo nivel, ojos de viajera y una personalidad sin rebuscamientos ni poses. Fabiana no busca el reflector, sino que la luz ilumine su entorno. En la campaña se desempeñó como enlace entre los empresarios y el candidato, cosa complicada dadas las circunstancias en las que se dieron los acontecimientos, ya que es de todos sabidos de qué lado estab

an o a quién apoyaban de inicio los dueños del dinero en este estado. Briseño tendió tantos puentes y contribuyó a la reconciliación entre grupos. ¿Por qué Barbosa pondría sus ojos en ella?

La respuesta se traduce en tres puntos:

-La secretaría de turismo necesita alguien que conozca no uno, sino todos los mundos posibles (empresarial, político, geográfico).

-La secretaría necesita alguien que incentive la inversión y no meta en un corsé el tema turístico, es decir, que tenga miras a la expansión: de lo regional a lo universal.

-La secretaría urge de sangre nueva que no incurra en las viejas y consabidas prácticas de repetir una y otra vez modelos caducos que sólo le dan vueltas a lo viejo conocido y no a lo nuevo por conocer.

¿Ustedes han visto a Fabiana Briseño?

Quizás no, pero créanme: pocos saben que el baterista de Pink Floyd se llamaba Nick Mason, y era el más aplicado del grupo. O un caso más sonado: ¿Qué hubiera sido de los Beatles sin Ringo? Hay figuras en segundo plano que, sin saberlo, son imprescindibles para que el grupo funcione.

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