lunes, noviembre 4 2024

Casi un 20% de los alimentos disponibles para el consumo en todo el mundo se desperdician cada año, según un informe publicado el jueves por la ONU.

“El problema es inmenso, con un coste a nivel medioambiental, social y económico”, declaró a la AFP Richard Swannel, director de desarrollo de la ONG británica Wrap, coautora del “Informe sobre el índice de desperdicio alimentario”, publicado por el Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA).

Según sus autores, se trata del estudio “más completo” realizado hasta ahora sobre la materia.

Los datos, de 2019, provienen de 54 países, tanto ricos como pobres, y conciernen la venta al por menor, los restaurantes y los hogares.

El informe se basa en una modelización a escala mundial y concluye que en total, cada año se desperdician 931 millones de toneladas, sin incluir las partes no comestibles, como los huesos y las cáscaras.

Demuestra además que el fenómeno afecta a todos los países, independientemente de su nivel de ingresos, mientras que según la ONU casi 700 millones de personas en el mundo padecen hambre y que 3.000 millones no tienen acceso a una alimentación sana, de una población mundial estimada de 7.800 millones de personas.

“Hasta ahora, el desperdicio alimentario estaba considerado como un problema de los países ricos”, declaró a la AFP Clementine O’Connor, del PNUMA. “Pero nuestro informe muestra” que el fenómeno “afecta a todos los países que estudiamos”, añadió.

No sólo es el desperdicio, también daña a la atmósfera

De los 121 kilos de alimentos perdidos cada año por habitante, 74 kilos, es decir, más de la mitad, proceden de los hogares.

En porcentaje, del total disponible para los consumidores, se desperdicia 11% en los hogares, 5% en la restauración y 2% en la venta al por menor.

Por su parte, la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) es autora de un informe sobre las “pérdidas” alimentarias relativas a la producción agrícola y a la distribución.

Según sus últimas cifras, alrededor de 14% de los alimentos producidos en el mundo se pierden antes de llegar a los mercados, lo que tiene un coste de unos 400.000 millones de dólares anuales.

“Si el desperdicio y las pérdidas alimentarias fueran un país, representarían el tercer emisor mundial de gases de efecto invernadero”, según Swannel.

“Hay que reparar el sistema alimentario si queremos hacer frente al cambio climático y una de las prioridades es actuar contra el desperdicio”, agregó.

Uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU prevé reducir a la mitad el desperdicio alimentario a nivel de los consumidores y del comercio al por menor para 2030.

La ONU prevé además organizar en el próximo otoño boreal la primera “cumbre sobre sistemas alimentarios” con el fin de promover modos de producción y de consumo más “sanos, duraderos y justos”.

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