lunes, abril 29 2024

Por: Mario Alberto Mejía /@QuintaMam 

Cuando los operadores nacionales están distraídos viendo el crepúsculo de sus vidas útiles, cuando la cabina de mando está vacía, cuando la desunión es la constante, cuando el cuarto de máquinas empieza a inundarse —como el Titanic después de chocar con el iceberg—, cuando la negociación por la gubernatura interina es un fracaso, cuando todo esto se da —junto, separado, en algún momento del tic tac—, ocurren cosas como ésta:

El diputado Marcelo García Almaguer, morenovallista puro, enfrenta a los tiburones de Morena México desde su silla en la Comisión de Gobernación del Congreso poblano.

Los enfrenta sin mirarles los ojos —como reza el manual.

A la distancia: vía celular, vía Telegram o BlackBerry o WhatsApp.

Los mensajes son inciertos.

Titubeantes.

De pronto, viene una noticia que derrumba todo: “No va Rodríguez Almeida”.

Lo qué pasó después ya lo sabemos: Marcelo votó junto con la bancada panista a favor de don Guillermo Pacheco Pulido y se inició un proceso de lapidación que aún no concluye.

Hace unas horas, nuestro personaje decidió renunciar a la militancia del PAN, partido al que le dio estrategias felices e inteligentes.

¿Quiénes se quedarán en ese partido?

Los de siempre: los que sólo saben perder elecciones.

Sin Moreno Valle, sin Martha Erika, sin Eukid, sin Banck, sin Marcelo, poco queda de este partido a la deriva.

“No hubo barco para mí”, podrá decir Marcelo, buen hijo de su padre: un brillante neurocirujano, sabio como pocos.

O más aún:

“Haz lo imposible aunque sea imposible”, como diría su abuelo.

Lo cierto es que, como en Ītaca, ese gran poema de Kavafis, Marcelo no apurará su viaje en absoluto, y hará que dure muchos años.

Tantos como le sea posible.

Y es que, después de todo, no está nada mal ser un diputado sin partido en esa nave de los locos que es el Congreso del estado.

Nota Bene: Trascendió en los últimos días que la dirigencia estatal del PAN – encabezada por Genoveva Huerta– estaba armando un expediente en contra de Marcelo García con el fin exclusivo de expulsarlo del albiazul.

Así es: al más puro estilo del Partido Comunista soviético.

Es lo que hay.

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Un Traidor, Detrás de la Guerra Sucia Contra Armenta

El diputado federal Eudoxio Morales Flores pasó de ser aliado a vulgar traidor del senador Alejandro Armenta Mier.

En las últimas horas ha estado compartiendo en grupos de WhatsApp un video en contra de quien hasta hace poco fue su protector.

Es parte de la guerra sucia, pero instrumentada, entre otros, por el fallido aspirante a rector de la BUAP.

Eudoxio nació cobijado por el senador.

Tras una temporada en el infierno, y como suplente de Fernando Manzanilla, nuestro personaje ingresó a San Lázaro como diputado federal del PES, aunque milita en Morena.

En diciembre pasado, Alejandro estuvo a punto de contratarlo como asesor debido a que Eudoxio tenía apuros económicos.

Y cuando la asesoría estaba por concretarse, el hoy jubilado de la BUAP llegó a la Cámara de Diputados, una vez que Manzanilla pidió licencia para incorporarse como secretario general de Gobierno de don Guillermo Pacheco Pulido.

Hoy Eudoxio —el Economista sin Maestro— ya es enemigo emboscado del senador Armenta.

Y le hace guerra sucia desde la sombra.

¿De parte de quién empuña el arma?


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