Por: Staff Dorsia
Las grandes ciudades pueden alterar la salud de sus habitantes, pues a mayor urbanización, mayor es el riesgo de llegar a padecer estrés y alterar algunas capacidades.
De acuerdo con Isabel Studer, directora ejecutiva de The Nature Conservancy, México y Centroamérica, “la vinculación del ser humano con la naturaleza puede ayudar a reducir el estrés, mejora las capacidades mentales e incluso físicas”.
El 46 por ciento de la población vive en zonas urbanas y se prevé que para el año 2050, más de 2 mil 400 millones de personas habitarán en ciudades.
Frente a esta creciente tendencia, un estudio ambientalista da cuenta científica de la importancia de los espacios verdes en la interacción social, contribuyendo a reducir estrés y otros padecimientos debido a que las personas están menos expuestas a factores como contaminación sonora o visual, lo que favorece la relajación.
En la actualidad, sólo el 13 por ciento de las poblaciones urbanas del mundo viven lo suficientemente cerca de la naturaleza para experimentar su beneficio.
El estudio resalta que mediante la restauración de ríos urbanos, el crear techos ecológicos, optar por paredes con vegetación o la inclusión de árboles, son un papel importante para mitigar el estrés por calor en los vecindarios urbanos.
