jueves, noviembre 21 2024

Por: Hugo García Michel

 

Mi relación con Frank Zappa siempre ha sido de absoluto amor. Su música me impresionó desde la primera vez que la escuché –a mis tiernos 14 años, allá por 1969, gracias al disco Mothermania, recopilación que tomaba temas de sus tres primeros y fundamentalísimos discos: Freak Out, Absolutely Free y We’re Only in It for the Money– y jamás me ha decepcionado luego de casi medio siglo de seguirla fiel y gozosamente.

Alguien dijo alguna vez que cuando un hombre zappiano se casa, queda condenado a no volver a escuchar uno solo de sus discos de Zappa hasta que sobrevenga el divorcio. Me consta que es cierto: estuve casado con una mujer que abominaba de su música.

Sin embargo, creo que hoy día las cosas son distintas y no sólo hay mujeres que lo toleran, sino que incluso gustan y hasta conocen su trabajo (quien dirige esta revista es el mejor y más acabado ejemplo de ello).

A punto de cumplirse 25 años del deceso de este enorme genio de la música del siglo veinte (falleció el 4 de diciembre de 1993), el legado de su obra sigue siendo tan impresionante como adelantado a su tiempo.

Era un vanguardista, un hombre que trastocó diferentes géneros, desde el rock y el jazz, hasta el avant-garde y la música sinfónica. Si dicho legado permanece vigente a estas alturas de la nueva centuria es gracias a la inventiva, la complejidad, la creatividad, el sentido de la ironía, la versatilidad, el virtuosismo y la frescura de un trabajo siempre propositivo, siempre antisolemne, siempre deliciosamente provocador.

Como creo que no hay mejor manera de homenajear al buen Frank que mediante la escucha de su música, presentó aquí algunos comentarios sucintos sobre los que considero sus 15 trabajos básicos e imprescindibles.

Zappa dinamitó al mundo del rock en particular y al de la música en general con la grabación de su disco debut y segundo álbum doble en la historia del género: el inigualable Freak Out (1) de julio de 1966 (el primer LP doble fue Blonde on Blonde de Bob Dylan, aparecido apenas dos meses antes). Al lado de su banda, The Mothers of Invention, el músico nacido en Baltimore, en 1940, pero crecido en California, puso de cabeza a la reinante música pop de los sesenta, incluida la de los Beatles, gracias a su propuesta de canciones que se construían y deconstruían de manera osada y satírica, con un nivel artístico que hacía ver la superlativa preparación musical de un autor más que sui generis. Absolutely Free (2), de 1967, vino a continuar, conformar y solidificar el estilo que Frank Zappa y sus Madres de la Invención habían sembrado en la obra anterior. Se trata de un trabajo igualmente asombroso e incluso más rico en elementos musicales que Freak Out.

Los dos discos mencionados hubiesen bastado para dar a Zappa un lugar en la historia de la música, pero aquello era sólo el principio de una larguísima y fructífera carrera que se traduciría en más de 60 álbumes aparecidos en vida del músico y una cuarentena editada luego de su muerte.

Otros platos tanto o más suculentos que los dos primeros fueron el antihippie We’re Only in It for the Money (3), de 1968; el instrumental Uncle Meat (4), de 1969; el impactante –y primer disco de Zappa sin The Mothers, además de su primera incursión en el jazz rock y su primera colaboración con Captain Beefheart– Hot Rats (5), de 1969; el complejísimo y último disco con Las Madres originales Weasels Ripped My Flesh (6), de1970; el enloquecido –y soundtrack del filme homónimo, dirigido por el propio Zappa– 200 Motels (7), de 1971; el cuasi jazzístico Waka/Jawaka (8), de 1972); el sensacionalmente zappopero (es decir, Zappa entra al rock pop… a su manera) Over-Nite Sensation (9), de 1973; el estupendo Apostrophe (10), de 1974; el al mismo tiempo oscuro y luminoso One Size Fits All (11), de 1975; el archirreconocido (y que no sólo vale por “Watermelon in Eastern Hay”, por favor) Joe’s Garage: Acts I, II & III (12), de 1979; el desmadroso (hay que oír esa burla al modo de cantar de Bob Dylan en “Flakes”) pero impecable Sheik Yerbouti (13), de 1979; el divertidísimo y multifacético You Are What You Is (14), de 1981 y el subvalorado y a mi modo de ver excelente y delirante The Man from Utopia (15), de 1983, incomprendido por la crítica pero amado por muchos de sus más fieles seguidores.

He hablado de 15 discos en estudio de Frank Zappa, pero también hay algunas obras en concierto francamente grandiosas.

Mencionaré sólo cinco: Just Another Band from L.A. (1972), Roxy and Elsewhere (1974), Zappa in New York (1978), Shut Up ‘n Play Your Guitar (1981) y el fuera de serie The Best Band You Never Heard in Your Life (1991).

Por supuesto que existen otras muchas maravillas zappianas, mas resultaría imposible mencionarlas todas en este espacio. Valga conocer o reconocer, descubrir o redescubrir, la vena creativa de uno de los grandes genios de la música del siglo pasado.

Casi 25 años han pasado desde su muerte. Se le extraña. Escuchémoslo.

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About Author

Hugo Garcia Michel

Director de la revista Mosca, columnista de Milenio Diario y colaborador de Nexos, Laberinto y Marvin. Músico, escribidor, editor, periodista, amante amateur.

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