martes, julio 2 2024

por Ana Laura Villaseñor

Casi para nadie fue sorpresa que Alejandro Armenta se convirtiera en el próximo gobernador de Puebla. Digamos que la competencia no era competencia, nunca lo fue; Lalo Rivera se ha quedado al costado del camino.

Armenta lleva años y años caminando el estado, lo conoce mejor que nadie en la actualidad; es un hombre de carácter, entusiasta y echado para adelante. Si pasamos revista por su historia política, vemos a Armenta en distintos escenarios, y en todos ha destacado; su paso por el senado fue el último escalón hacia el honor máximo que puede tener un poblano: gobernar el estado.

De poco o nada sirvieron las campañas negras en su contra, y quedó claro que la elección de MORENA al elegirlo abanderado cerró la pinza del triunfo… y aunque los hubieras no existen, podemos imaginar que de haber sido Nacho Mier el ungido, las cosas no hubieran salido igual, la diferencia abismal en la cantidad de votos que separaron el primer del segundo lugar iba a estar menos aparatosa, eso se dice en radio pasillo.

El día de la elección se le vio tranquilo y contento; los números que traían les generaba confianza a todos aquellos que colaboraron y apostaron por él.

Nuevamente, el proyecto no fue solamente de una persona; que la figura de Claudia Sheinbaum arrasara como lo hizo en las urnas, creó inercia y aumentó los números de todos los candidatos Morenistas.

Ahora está listo. Después de una operación en el tobillo, Alejandro Armenta se ha reunido con el gobernador Sergio Salomón para empezar a coordinar las acciones de entrega-recepción. Hay una cordialidad inédita en esta relación, se les ve juntos y contentos, lejos de protagonismos tanto de el que entra como el que sale. Son nuevos tiempos para Puebla. Sergio Salomón obró el milagro de la reconciliación. Pese a que pasaron las precampañas y la campaña, la relación no se vio fracturada. En pasados días, en el marco de la conmemoración del día de la libertad de expresión, ambos gobernadores (en funciones y electo) convocaron a una comida en conjunto. Se les ve relajados. Armenta por la inminencia de llegar a donde siempre soñó; Sergio Salomón esperando señales grandiosas.

El triunfo avasallador de MORENA también benefició a Pepe Chedraui. Creo que nunca he visto a un candidato con tantas ganas de hacer cosas. Desde antes de las precampañas, Chedraui comenzó a prepararnos a verlo en todos lados de nano de un podcast que presentaba a empresarios exitosos. Pepe no cejó en su intento de convertirse en aquello que tanto anheló desde muy joven, derrocando el mito urbano de que la dirigencia del partido no lo escogería. Llegado el momento de palomear su candidatura por medio de los votos de los grupos internos de MORENA, Chedraui montó un operativo eficaz para llegar a todas las colonias de la ciudad. Con una sonrisa franca y contagiosa, se le vio departiendo día y noche con los habitantes de una ciudad que lleva años en el descuido, ya que la recaída d volver a tener a Eduard Rivera como alcalde destapó la cloaca de abulia y corrupción. Puebla no se merecía una segunda vuelta gobernada por un personaje gris como Rivera.

Y aunque también en radio pasillo se decía que Pepe la tendría más complicada para ganar, a la mera hora la gente se volcó a las urnas y eligió el cambio, dejando a la coalición en la lona.

Ahora que MORENA tiene el carro lleno en el país, y en nuestro estado, que es lo que nos interesa en primera instancia, veremos qué tal se da la comunicación.

Ya es hora de que por primera vez el gobernado y el alcalde se lleven, se respeten y se pongan de acuerdo.

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