domingo, diciembre 22 2024

Por: Mario Alberto Mejía

La salida de José Armando Rocha Macías de la Coordinación de Comunicación Social del Ayuntamiento de Puebla no se debe, como erróneamente se ha dicho, a un vaivén de tuits equívocos sobre el viaje a Europa de Claudia Rivera Vivanco, presidenta municipal de Puebla.

Las razones van más allá de una coyuntura.

Su salida es el resultado de una cadena de errores y omisiones que hicieron insostenible su permanencia.

Después de cuatro meses de administración no se le conoce una sola estrategia de comunicación.

Menos aún, una campaña de difusión.

Si acaso, una tibia y fallida promoción del pago del predial, que pasó con más pena que gloria.

En ese lapso, hubo temas trascendentes para la ciudad que pasaron ‪de noche para la prensa poblana por cortesía de Rocha, El Mediocre.

Vea el hipócrita lector dos ejemplos: la reducción de la deuda pública y la primera licitación —vía streaming— sobre un tema —muy relevante— como el alumbrado público.

Su tratamiento en medios solo fue noticioso, pero careció de una estrategia que abarcara la repercusión en columnas o en comentarios de conductores de radio y televisión en aras de que se mostraran los alcances de estos logros municipales.

Sus prioridades —y eso lo retrata brutalmente— fueron la campaña de adopción de perros y la difusión desafortunada en redes de actividades superfluas.

Qué decir de su absurda polémica durante los plebiscitos en  las juntas auxiliares, cuando vía Twitter cometió el error de descalificar al secretario general de Gobierno, Fernando Manzanilla.

Y es que sin ningún tacto político le respondió que el único canal oficial de información de ese proceso era la página de Facebook que para tal caso creó el ayuntamiento de Puebla.

Otras perlas de este personaje fueron la deficiente relación con los dueños y directores de medios de comunicación, y su falta de oficio en el trato con los mismos.

Varias cosas han trascendido últimamente: Rocha, El Mediocre, ha sido despedido.

(Es algo así como el Jinete sin Cabeza que vaga errante por el Palacio de Charlie Hall buscando su… cabeza).

Igualmente ha trascendido que su partida tiene que ver con diversos malos manejos del recurso público, que van desde aviadores en su nómina, como el rasurado de sueldos de sus colaboradores más cercanos.

A esto se suma: el acoso laboral a los empleados que se rebelaban a ser sometidos, así como la emisión de facturas cuyos montos y conceptos parecen sospechosos.

Ejemplos: la adquisición de garrafones de agua, refrescos y agua embotellada por ¡150 mil pesos!l y la compra de galletas saladas por ¡34 mil pesos!

Como verá el  lector, la salida de Armando Rocha de la Coordinación de Comunicación Social no sólo está justificada sino que es necesaria.

Si de algo ha sido víctima Rocha, El Mediocre, ha sido de su inexperiencia e ineficacia.

Sus días están contados, pero él simula que las cosas marchan maravillosamente.

En el fondo es como la cocinera despedida que antes de irse escupe la sopa de los señores de la casa.

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