viernes, noviembre 22 2024

Por: Mario Alberto Mejía

La más reciente trama del tráfico de influencias de Dulce María Silva, célebre esposa de César Yañez —sedicente hombre fuerte del presidente López Obrador—,  fue exhibida el 8 de junio de 2019, cuando mediante un desplegado publicado en La Jornada de Oriente quedó en claro que operó para lograr la liberación de Érika Sayuri García Chávez, quien se hallaba detenida por su presunta participación en un fraude cometido por su esposo, Luis Rodrigo Arias Medina, aprehendido el 22 de marzo del 2019.

El desplegado relataba, entre otras lindezas, que Dulce María Silva había presionado a funcionarios de la Fiscalía General de Puebla para que pusieran en libertad a su amiga Érika Sayuri.

Un día después, quien esto escribe retomó la información en esta columna.

Cito algunas líneas:  

“Al decir del abajofirmante del desplegado, Dulce María Silva —siempre al amparo de la frase ‘se las verán con el propio presidente’— ejerció su ‘influencia’ con el fiscal del estado, quien a su vez le habría pedido a María Luisa Santillán, agente del Ministerio Público, que hablara con la jueza del caso para que le quitaran agravantes a Érika Sayuri García Chávez en aras que pudiera obtener su libertad bajo fianza.

“Fuentes dignas de crédito revelaron que la jueza incluso le reclamó a la MP su incongruencia, pues primero fue muy dura con la indiciada y luego pidió que le aflojaran las amarras”.

El 10 de junio, el abogado y periodista Ernesto Villanueva escribió en su columna “El mundo al revés” (publicada en Aristegui Noticias): “La esposa incómoda de César Yáñez”.

Ahí reveló que “Ahora Dulce María Silva sale a la palestra en un tema que entra en los límites de la legalidad: el tráfico de influencias. Esta figura es una de las formas en que toma forma la corrupción. (…) César Yáñez y su esposa deben esclarecer estas prácticas que, por supuesto, eran parte de los usos y costumbres del régimen anterior, pero- se supone- no lo son en la 4T”.

La respuesta de Dulce María Silva no tardó en llegar, aunque lo hizo a través de su protegida.Ésta aseguró que su libertad “se derivó estrictamente de las obligaciones que impone la ley a las autoridades para los delitos patrimoniales que es mi caso, no de influencias como dolosamente lo señala”.

También destacó que su caso judicial “no se refiere de modo alguno a Delincuencia Organizada como maliciosa y falsamente lo publican distintos medios de comunicación, sino a hechos de carácter civil”.

El 12 de junio, Villanueva escribió entre otras cosas que “la réplica de la señora Erika Sayuri García Chávez, no sólo es omisa e inexacta, obran constancias procesales con valor convictivo pleno, de que sus asertos carecen de sustento.

(…) Omite la Señora García Chávez que su cónyuge, en la actualidad se encuentra privado de la libertad, por un delito de fraude maquinado que superan los cinco millones de dólares. Fraude en el que también participó su progenitor Edgar Gustavo García Medina, a quien también se le libró orden de aprehensión en el proceso penal 48/18 en el Juzgado Penal del Distrito Judicial de Cholula. (…) Omite la señora (…) haber tratado de negociar con los abogados de la parte agraviada, que motivó la orden de aprehensión en contra de su esposo y de la propia García Chávez. 

“(…) El nombre de Dulce Silva Hernández, esposa de César Yáñez Centeno, fue utilizado una y otra vez, por la propia señora Erika Sayuri García Chávez, quien expresó mantener una relación añeja, fraternal, con la hoy esposa de Yáñez Centeno”. 

El 13 de junio,  el presidente López Obrador hizo una llamado a los funcionarios públicos (a través de una carta reveladora) a no permitir, bajo ninguna circunstancia, la corrupción, el influyentismo, el amiguismo y el nepotismo:

“No acepto, bajo ninguna circunstancia, que miembros de mi familia hagan gestiones, trámites o lleven a cabo negocios con el gobierno en su beneficio o favor de sus recomendados.

“Esto incluye a mi esposa, hijos, hermanos, hermana, primos, tíos, cuñados, nueras, concuños y demás miembros de mi familia cercana o distante”.

Dulce María Silva dice en todas las mesas que su esposo es como un hermano para el presidente.

Qué bueno que así lo diga.

Y es que la tajante misiva presidencial también parece aludirlo a él.

De hecho, este affaire parece haber sido la fuente misma de inspiración.

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El Hermano de Dulce También Ronca 

Fabián García Villegas, amigo de Antonio Silva (alias “el chivis”), hermano de Dulce Silva, es el que le vende “protección”  al alcalde Felipe Patjane, mejor conocido como “El alcalde enamorado”, por aquello de que le entregó el anillo de bodas a su novia en un helicóptero.

Patjane es todo un personaje.

A dos reconocidos atletas les ofreció regidurías en aras de hacer negocios.

También viaja en su avión a Las Vegas y a otros centros turísticos, aunque dicen que la aeronave es en realidad del empresario Iván Mange, socio del restaurante “Hook”, quien no duda en prestárselo.

¿En qué se parecen Enrique Cárdenas y Patjane?

Adivinó el lector: los dos son unas “fichitas”.

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¿Adiós o Hasta Luego?

Este viernes —según fuentes confiables— dejará de circular un periódico poblano.

Al decir de fuente: “Se sabe que planean liquidar a los trabajadores, dicen que así ha ocurrido en la historia del periódico ya en alguna otra ocasión, no saben si el periódico dejará de salir o saldrá producido por nuevo personal bajo otra razón social”.

Es cuanto.

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