viernes, noviembre 22 2024

“Now the happiness is past, with the only piece of you, It was the only piece I had, baby… so tell me what to do! I can’t help myself, I spend the afternoon thinking about you! Honey, I’m twisted because of you!  I got a question: Do you think about me too, tell me if you do…”

Majid Jordan


Por: Aldo Cortés

Escribo después de una semana asidua y agotadora. Hay apenas un resquicio de sosiego. Me pasan por la mente temas variopintos, con cierto desdén los recuerdo, me distraen del ahora y, sin embargo, me veo obligado a escribir sobre este conflicto del mundo sensible.

A darle vuelo…

En breves charlas con mis cercanos, he advertido esa extraña costumbre de primar el optimismo frente desesperanza, como si tener una sonrisa en la voz reiniciara el tiempo y nos reinventara el mundo. Wilde alguna vez dijo que el optimismo es la base de la infelicidad. Me he tomado el tiempo de escucharlos, de delinear su rostro, de admirar las marcas de sus gestos, de la constante pose de su lengua sobre los labios, cómo digieren el estrés, cómo afrontan los retos… lo digo con brío; hay tanto valor en luchar por las causas perdidas.

No merecemos el éxtasis de la victoria, pero nos queda el honor y la dignidad que solo la derrota conoce. Ha llovido de sol a sol, y es este mismo cielo el que nos seca. Me he marchado cuando las luces se apagan, la fuerza del amanecer cimbra y aunque, por momentos, sea apenas un destello, su brillo nos ayuda a saber cuánta oscuridad hay alrededor. Mientras soy joven pienso que debería hacer algo fuera de proporciones, pero la mesura me arrumba, me envuelve, me cobija. Sivaíta por marca de destino; Visnuíta por fuerza de gravedad. Tú quieres salir, yo quiero permanecer aquí. Supongo que vamos a discutir una vez más. Hay una lágrima en tu ojo, y hay algo que yo no puedo sentir.

La tristeza azuza, pero la templanza rejuvenece. Estoy viendo el monitor, no debería estar redactando esto. Quiero sentirme libre, no atado al mismo amo; no quiero sentir que el tiempo me acecha, no quiero contar el pasar de los segundos, ni sentirme acechado. Quiero sentirme en casa. Vacía tus bolsillos, conmigo necesitarás memoria; entierra los pesares, se irán al olvido. No puedo comparar la brisa del aire, los  demonios salen de mi cabeza.

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