jueves, noviembre 21 2024

La Quinta Columna
Por Mario Alberto Mejía

El complot orquestado en contra de la periodista Verónica Vélez Macuil, directora de Comunicación Social del gobierno del estado, es la prueba palpable de que cuando la mezquindad se junta con los intereses oscuros y la estupidez supina produce monstruos.

Vea el hipócrita lector lector.

Hay varias esquinas llenas de basura en esta trama.

Por un lado destaca la mano negra de un personaje marcado por su pasado marinista: Paco Ramos.

De él se ha dicho todo.

O casi.

Por otro lado emerge, por enésima vez, el malentendido protagonismo del senador Alejandro Armenta, quien ya es, a estas alturas, el principal interesado en que al gobernador Miguel Barbosa Huerta le vaya mal.

Una y otra vez conspira desde las coladeras con los cómplices más mediocres de que se tenga memoria.

Vayamos por partes.

Paco Ramos fue subsecretario en el gobierno interino de don Guillermo Pacheco Pulido y salió entre piernas una vez que fue detectado en operaciones desleales y poco inteligentes.

Tras su defenestración —literal: lo echaron por la ventana—, Paco regresó a lo suyo: la conspiración de opereta.

Hoy conspira junto a uno de sus peones —Manlio López se llama, y está muy cerca de la alcaldesa de San Andrés Cholula—para tirar a Verónica Vélez.

Entre ambos han corrido la voz que ya se va, que el gobernador no la aguanta y que el peón terminará relevándola.

Olvidan algo:

Verónica es parte del grupo compacto de Miguel Barbosa y vive en su ánimo como una auténtica “hermana”.

(Así lo presume él en todos lados).

Al peón en cambio ni lo conoce.

Sólo sabe que complota contra Verónica desde las faldas de Karina Pérez Popoca.

(Lo que nos falta por ver).

Regresemos al senador Armenta.

Sus alfiles en esta batalla son una reportera que se hace llamar “representante de los portales pequeños” y el inefable Polo de Lara, locutor y porrista de Armenta desde hace unos dos años o más.

En esta trama hay que sumar a algunos resentidos de la tecla y el nopal que desde sus espacios también conspiran.

¿Qué quieren?

Vulnerar a Verónica Vélez.

Y en eso están metidos todos los días.

Una mala noticia para ellos:

Cada golpe y embestida sólo la fortalecen.

.

.

Las Nuevas Pifias de Rodrigo Abdala

Mario Monterrosas Alonso —quien fuera jefe de Recursos Materiales de Hospital del Niño Poblano (2011-2013), director de Supervisión y Seguimiento en la Contraloría, y subcontralor de Auditoría Contable y Financiera en el ayuntamiento de Luis Banck—, convertido por Rodrigo Abdala en Secretario de Bienestar en el interinato de Pacheco Pulido, hoy funge como asesor del mismísimo Rodrigo Abdala en la Delegación de Bienestar.

Sin un lugar oficial en el organigrama, ni en la nómina de la dependencia que hoy tiene la responsabilidad de administrar los programas insignia del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, entra y sale de las instalaciones, da órdenes y es conocido entre el personal por los malos tratos.

Monterrosas Alonso se jacta también de presumir que es intocable por la buena amistad que mantiene con Jorge Abdala, quien en diciembre pasado se lo recomendó a su hermano.

Al término de su opaca gestión como secretario de Bienestar, Monterrosas anunció que regresaría a ocupar la plaza que desde hace años tiene en la Secretaria de Salud del estado.

Sin embargo, regresó a la Delegación de Bienestar, ocupa una oficina, mantiene un staff de gente de su confianza —todos externos al personal de la delegación— y al parecer se hace cargo de los temas administrativos.

Y es que revisa y avala las compras y las adquisiciones, y administra los recursos materiales, financieros, humanos y hasta la agenda del cada vez más gris y aislado “súper delegado”.

Ufff.

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