lunes, noviembre 18 2024

Por Dorsia Staff

Los dibujos animados son un material audiovisual muy consumido por los menores; sin embargo, hay algunos que parecen aptos y son nocivos o controversiales, al contener mensajes no adecuados que podrían afectar su personalidad. Investigadores de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales (FDCS) de la BUAP analizan la violencia audiovisual y su impacto en la niñez y adolescencia.

Erick Gómez Tagle López, profesor investigador de esta unidad académica, señaló que expresiones sobre alcoholismo, violencia doméstica y de género, consumo de drogas, así como manejo inadecuado de temas religiosos, políticos y sexuales, son ejemplos de contenidos en caricaturas.

 “Por ello, el objetivo de esta línea de trabajo es que tanto los padres de familia, como los docentes, comunicadores e investigadores pongamos atención y trabajemos en la forma de atender esta problemática”.

Dicho estudio está enfocado en dos aspectos: las caricaturas, como un material dirigido prioritariamente a menores de 12 años, y la narrativa gráfica (cómics) de interés para adolescentes e incluso adultos.

El académico señaló que el contenido nocivo o controversial en estos medios puede ser un factor criminógeno, lo que quiere decir que si bien no es determinante, sí puede influir en la generación de conductas antisociales entre los menores de edad.

Actualmente, dijo, gracias a los dispositivos móviles, así como a los servicios de transmisión satelital, los niños y las niñas tienen fácil acceso a este tipo de caricaturas, series y programas, sin la supervisión de los padres, quienes deben estar atentos, no para censurar o prohibir, sino para orientar.

 “Un problema es que la televisión  y  ahora el internet  se han convertido en niñeras electrónicas, los padres depositan su confianza en estos medios, sin advertir que en estos se pueden encontrar conductas disruptivas o  antisociales”. 

Un ejemplo de estos dibujos animados con contenidos no aptos para menores son Los Simpson, programa que ya ha sido objeto de análisis significativos, en el cual Homero Simpson -el padre de familia-, al igual que sus amigos, vive una situación de alcoholismo y desquita su frustración con su hijo Bart, mediante actos violentos como el ahorcamiento parcial. Este, a su vez, tiene un comportamiento rebelde en la escuela, además de que genera bullying y es también víctima de esta práctica.

“Queda claro que este programa es principalmente una crítica hacia la sociedad norteamericana; sin embargo, esto es algo que no lo pueden comprender en ese sentido las niñas y los niños, porque lo ven como una caricatura más”, comentó.

 Otro ejemplo es Dragon Ball, caricatura controversial debido a la gran cantidad de elementos nominativos vinculados con el satanismo, ya que el suegro de Gokú, protagonista de la serie, se llama Ox Satán, además el personaje que se considera a sí mismo como el “más poderoso de la Tierra” se llama Mr. Satán; otro personaje es Dabura, representado como el “Rey de los Demonios”, quien a sus víctimas les coloca una marca en la frente, como la bestia descrita en la Biblia.

El Maestro Roshi, sensei de las artes marciales, es otro personaje controversial, ya que es un anciano altamente erotizado con las mujeres, lo cual se visualiza en la forma como las mira, las toca en contra de su voluntad, e incluso sangra por la nariz al llegar a un nivel de excitación. También personajes semidesnudos en la caricatura, como Bulma, quien al inicio de la serie es una menor de edad y es espiada por otros personajes cuando se baña.

Personajes clásicos como Betty Boop y Jessica Rabbit son muy sexualizados y series como Los caballeros del zodiaco y las recientes películas animadas sobre superhéroes/ antihéroes de cómics como Batman, el caballero de la noche regresaBatman: la broma mortalConstantine: ciudad de demonios y Liga de la Justicia: la paradoja del tiempo, son otros casos de contenidos que son enfocados para un público adulto, ya que contienen tramas violentas, llenas de sangre o con elementos sexuales, pero que debido a su estética pueden llamar la atención de los menores y hacerlos creer que son caricaturas para ellos.

Gómez Tagle López comentó que a pesar de que existen estos mensajes en los dibujos animados, la censura no es una solución recomendable, pues aunque se impusiera estaría condenada al fracaso. Una propuesta factible es la creación de talleres y escuelas para padres, además de que en foros públicos, en escuelas y en medios de comunicación se hable abiertamente de estos temas.

 “Somos seres que imitamos por naturaleza y entre más corta edad tendemos a imitar con mayor frecuencia, por lo que un niño podría verse reflejado en un personaje que realiza conductas antisociales, situación que debería ser un tema al cual prestarle atención”.

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