El «Crush» de los millennials es el «Platónico» de los chavorrucos

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Por Elena Tremblay G.

En la generación “Z” usamos muchos términos que definen el NO ser novios, pero ser algo.

Mi mamá me pregunta al menos una vez por semana: ¿Ese niño y tú qué son? ¿Novios? ¿Amiguitos? ¿Es tu galán o pretendiente? Y yo miro para arriba porque eso de “pretendiente” suena como a tiempos de mi abuela.

Les explico: ninguno de esos dos términos es correcto en mi relación.

Queridas mamás que se creen muy cool y alivianadas (como la mía):

Cuando su hija/o está empezando a salir con una persona se le llama “ligue”. Obviamente porque apenas estás ligando, o sea, estás jalando la liga para tu lado, ¿ok? Ya cuando avanza la cosa se vuelven “galanes”, lo que significa que ya le debes un cierto respeto a esa persona porque han convivido un buen rato y empieza a haber cariño, y obviamente gusto. En esta etapa, la mujer espera que el galán no sea patán y “la pida”. Esto resulta un poco raro para las madres porque para ellas eso de “pedir” era que les dieran el anillo, pero aquí ni al caso.

¡Ah!, Pero antes de ser cualquier cosa (ligues, galanes, quedantes) las parejillas debieron ser previamente amigos o  mejores amigos, no como antes que las pobres abuelas se tenían que juntar o hasta casar con un desconocido al que no sabían si le apestaba la boca o así. Por eso la forma de hacerse novios ahora es tan chida, ya que conoces a esa persona casi por completo y es más fácil llegar a gustarle, ¿no?

Señoras:

No crean que ser “ligues” o “galanes” se pide como si le estuvieras pidiendo a tu vieja ser tu novia, ¡no, no, no!

Eso nada más es un nombre que se establece cuando te mandas corazones por Whats o Instagram… Sí, lo se, es muy absurdo. Incluso hay todo un lenguaje en los emoticones: no es lo mismo mandar un corazón azul que uno negro o uno rojo, pero de eso hablaré en otro texto porque es complicado que lo entiendan los chavorrucos.

Ahora con ustedes, el momento que tanto esperaban saber y que despejará sus dudas:

¿Qué es un Crush?

Bueno, un “Crush” es un termino romántico que se puso de moda hace unos años. Significa algo así como un “amor ideal” o ese amor que podría jamás suceder. Eso que mi madre y mi abuela y la abuela del muerto llaman “amor platónico”. Mi compas y yo apenas sabemos quién es el tal Platón y no entendemos por qué lo meten en estos chismes. ¿Qué hace un griego con vestido blanco metido en las onditas de los sentimientos adolescentes? Chale.

En fin; yo sé que ustedes un día tuvieron también a ese chico (o chica) que era un amor imposible. Y la ilusión les duró días, meses, hasta años, hasta que vieron que la cosa no iba a prosperar y lo sacaron de sus cabezas.

Pues sí, el “Crush” es exactamente lo mismo que el famoso “Amor platónico”, pero no suena tan mamón.

Cuando tienes un “Crush”, sientes algo por alguien pero no lo dices por que ¡pfff!, ya sabrán: vienen los típicos miedos:  ¿Y si yo no le gusto qué oso?  ¿Y si me toma por un loco? ¡qué quemón!, y bla bla bla.

Un “Crush” es como suena ¡Crruoshhhhhhh! Simplemente un flechazo o un amor a primera vista.

Nosotros estamos tan acostumbrados a tener miles de “crushes”. Lo que me asquea es que todas las chicas tengan como crush a Zac Efron (un actor ñoñísimo) y los chicos a Emma Watson (una actriz que por salir en Harry Potter ya es la muy acá).  ¡Por dios, dejen de ser tan básicos!

En fin, cada quién sus malos o buenos gustos.

Lo que quiero explicar es que el “Crush” es ese sentimiento tan humano de querer algo inalcanzable.

Aunque pensándolo bien, nada debería ser inalcanzable si nos ponemos vivos y somos inteligentes.

Más bien los “Crush” se quedan en ahí por una razón que no nos debería importar: el miedo al rechazo. ¿Neta que por eso hay que detenerse?