lunes, noviembre 18 2024

por Alejandra Gómez Macchia

Nueve de la mañana.

El jurista Carlos Meza Viveros llega al hotel Aristos acompañado de sus más cercanos colaboradores.

Desde hace un par de semanas, cuando se reestrenó como un usuario incendiario del Twitter, anunció que daría una conferencia de prensa sobre el juicio por daño moral Bartlett- Lozano.

Carlos Meza, ya se sabe, es y ha sido durante años el personaje más cercano al Bartlett desde sus tiempos de gobernador de Puebla.

Hoy Meza Viveros es vocero de la campaña de Luis Miguel Barbosa, sin embargo, esta mañana convocó en su papel de abogado. Así encararía a la prensa: como defensor de un caso que para Javier Lozano Alarcón no es nada halagüeño.

Las diferencias entre Bartlett y Lozano son legendarias. Simplemente estos dos personajes son antagónicos por naturaleza: así se vio desde el senado, así también en este juicio.

Metido en su traje de polemista, Meza inició la conferencia y puntualizó desde el principio que no hablaría de otro tema: no convocó a los medios como vocero, sino para dar un informe puntual sobre la demanda contra al que llamara “desafecto nacional, mindundi e impresentable”: Javier Lozano.

Del soliloquio se desprendieron los siguientes puntos:

  1. En 2011, mientras se dieron los debates para elegir senadores de la República, hubo una confrontación entre Bartlett y Lozano, y aclaró “la corte ha definido este ejercicio político como “El mercado de las Ideas”. Este ejercicio fue cubierto por los medios de comunicación, quienes tienen derecho a transmitirlo para que el receptor de la noticia esté enterado del proyecto de cada candidato. En ese debate, Bartlett utilizó dos expresiones, entre ellas comentó que Lozano había desparecido el SME y que de alguna u otra manera había sido responsable de la muerte de algunos mineros, lo que provocó que Lozano amenazara a Bartlett con llevarlo ante los tribunales. Así lo hizo.

El ex gobernador del Estado, Rafael Moreno Valle, era en entonces amigo de Lozano y lamentablemente la división de poderes no se hizo valer.

*Recordemos que dentro del contexto “libertad de expresión”, las personas públicas pueden expresar lo que quieran frente a otro candidato. Esa es el alma del debate político: que la gente conozca la calidad humana de los contendientes a un puesto.

“Lozano demanda por daño moral a Bartlett y yo (Meza Viveros) me comprometí frente a los medios a irme de Puebla si perdía el caso, a lo que Lozano respondió el reto y aseguró que de perder él pediría licencia en el senado… no cumplió”.

  • Por la clara parcialidad de algunos jueces, la sentencia fue pergeñada desde la oficina de Lozano Alarcón. Bartlett (y Meza) apelaron, y tres magistrados probos conocieron el fallo; estos jueces fueron instados a ceñirse a las leyes para que se actuara conforme a derecho.
  • Esos tres jueces resolvieron revocar el fallo que condenaba a Bartlett Díaz a pagar el “daño moral” a Lozano y fue exonerado. “Por lo tanto el asunto quedó ganado por nosotros”.
  • Aquí entra el tema del pago de “gastos y costas”, que se deben cubrir cuando un sujeto llama a otro a juicio. Los jueces se pronunciaron a que Bartlett no debía pagarlos.
  • En contra del fallo, Lozano se queja con Moreno Valle, y hubo una amenaza a los magistrados de removerlos de su cargo, cosa que no sucedió.
  • Lozano entonces se ampara en los juzgados federales. Bartlett (y Meza) se adhieren a ese amparo  para robustecer los argumentos del fallo de la segunda instancia que les habían dado el triunfo.
  • Los ministros federales concluyeron que los “agravios” por los que Lozano había interpuesto la demanda eran “inconducentes”, inatendibles, y se le niega el amparo.
  • A Manuel Bartlett sí se le concede el amparo y se ordena la condonación de pagos y costas a su favor.

Los reporteros graban. Meza arremete: “lo más indignante es que la juez décimo de lo civil, que tenía conocimiento del caso,  atendiendo a los conceptos infundidos por Lozano Alarcón (y cuando supo que yo lo iba notificar ante el senado), pidió que se aplicara una ley de 1934: la ley de pagos y honorarios por gastos y costas: una ley obsoleta. Y finalmente la juez (sin que debiera atender los conceptos de Lozano) condena a pagar la ridícula suma de $364 pesos (risas), es decir, diez pesitos por una demanda, doce por unos alegatos… trescientos sesenta y cuatro pesos”.

El abogado ironiza con este hecho. Cuando habla de Lozano lo hace con el humor negro que lo antecede cada vez que se refiere a algún personaje menor de la política.

Comenta que Lozano se “ceba” y se solaza en las redes sociales “es lo único que sabe hacer este señor”.

  • Bartlett se ampara frente al juez (federal) del cuarto distrito que otorga el amparo.
  •  El siete de marzo del año pasado, este juez ordena que el expediente vuelva al juzgado décimo de lo civil para que Bartlett  pague a Lozano lo que “se debe pagar”.
  •  Bartlett se inconforma y va con los magistrados del colegiado. El segundo tribunal colegiado hace un exhaustivo análisis del caso (Lozano entonces se adhiere al amparo), y hace un mes y medio resuelve que el amparo que hace valer Lozano Alarcón es inatendible. Sin materia.

“Algo vergonzoso para un litigante”, añade Carlos , mientras el sonido de los micrófonos y los flashes se disparan.

Y recalca: “al concedérsele el amparo a mi cliente (Bartlett) volvemos a ganarle a Lozano nuevamente. Hay vicios de fondo, y esos vicios consisten en que la juez que concedió el amparo a Lozano no tenía por qué aprobar lo que este sujeto pedía en términos de una ley obsoleta”.

Meza explica el concepto “gastos y costas” y  hace un paralelismo entre los diferentes casos en que se aplican (acá, en otros países de Latinoamérica y España, como caso “orientador”).  “Son una compensación por habernos citado a un juicio improcedente”.

La compensación de la que habla el abogado debe ser acorde a las actividades que desempeñan los personajes metidos en la trama.

Meza despliega, como nos tiene acostumbrados, una lista de calificativos indescifrables para el grueso de la población (incluido el personaje aludido). “Garrulo, mindundi, zalagarda, cutre”, lo llama; e invita a Lozano a buscar en un “tumbaburros” los términos. “No vaya a pensar que le estoy echando flores”. 

Después del desplegado de palabras culteranas, Carlos Meza Viveros elogia el trabajo del actual gobernador interino, Guillermo Pacheco Pulido, para luego lanzar una granada: “porque un juez no puede estar sometido a los intereses de un gobernador que mandaba línea”, refiriéndose al extinto Moreno Valle y a Tony Gali Fayad.

El abogado invita a la ronda de preguntas y respuestas.

Una reportera pregunta cuál es el futuro político de Lozano después que sea obligado a pagar.

Meza esboza una mueca irónica y cuenta un anécdota:

“Estando frente a Córdova Montoya, un día interrogo a Lozano: “Es usted abogado? No. ¿Litiga usted? No. ¿Tiene usted alguna maestría o doctorado en leyes? No”.

Ahí lo tienen: Lozano es un título sin abogado.

Antes de pasar al desayuno, algún reportero pregunta sobre la publicidad donde Barbosa aparece abrazando a Kennya Martínez Ortega.

Era obvio que la prensa urgida de nota escandalosa intentara sacar raja de una conferencia de prensa  cuyo protagonista es al mismo tiempo amigo y vocero del candidato.

La foto que fue retomada con maledicencia por el propio Lozano Alarcón no era tema.

Recordemos que en este momento existen dos Carlos Meza: el jurista que apalea contantemente a Lozano, y el vocero que apoya a Barbosa en su camino hacia Casa Puebla.

El que estuvo presente en el Aristos fue el primero.

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