¿Cómo comenzar una revolución?
La mayoría de las revoluciones empiezan con una «chispa», pero detrás de esa chispa suele haber grupos de gente preparada para que la revolución no muera en el momento de explotar.
Por Johnny Ántrax
LA OPRESIÓN ES ALTA. LA INJUSTICIA, TOTAL. La situación, insostenible. Así que tú (el vengador anónimo) quieres empezar una revolución. Pero, ¿cómo iniciarla si “El Poder” tiene las armas, y tú, una pinche resortera y 20 pesos en la bolsa? Pues alguien escribió un manual para hacerlo. La guía para iniciar una revuelta de manera no violenta. El autor –catedrático, activista y filósofo– Gene Sharp cree que es posible derribar al poder sin usar la fuerza. ¿Será?
Veamos.
De la organización de los grupos y su capacidad para movilizar a más gente, dependerá tanto el futuro de tu revuelta como el de las reivindicaciones por las que se promulgue. Otro factor importante es movilizar a más gente (acá no hay héroes solitarios, no jodas).
Paso 1
Formas de lucha.
Existen muchas formas de lucha y varias distinciones que sirven para categorizarlas. Una de estas distinciones es entre acciones normativas y no normativas. Las normativas son aquellas que siguen las reglas preestablecidas en el país en el que se desarrolle la lucha; las no normativas, aquellas que se consideran fuera de las leyes establecidas.
Paso 2
Convocatoria, objetivos y gente.
Otro aspecto relevante se da entre la lucha violenta y la no violenta. Esta distinción es importante en cuanto a la aceptación de la gente que no pertenece a los grupos iniciales. Las tácticas violentas suelen estar desprestigiadas y deslegitimizan a los grupos que las usan, aunque los fines sean compartidos. Un ejemplo son las prácticas de grupos como el IRA (Irish Republican Army) en Irlanda y ETA (Euskadi ta Askatasuna) en España.
La lucha no violenta se puede utilizar para liberarse de la opresión y sustituir los conflictos militares y violentos. Así no se planteará una batalla contra el terrorismo, porque las personas que podrían haberse convertido en terroristas han elegido la lucha no violenta para ayudar a la gente oprimida.
La lucha no violenta trata de alcanzar la libertad de forma autosuficiente. Es un tipo de lucha armada. Se combate con armas psicológicas, sociales, económicas y políticas. Son armas más poderosas que la violencia, ya que la propia acción nunca se va a volver contra los principios que se defienden.
Paso 3
Sigue las tácticas de Gene Sharp.
Dentro de la lucha no violenta es bien conocidoMahatma Gandhi.Además, nosotros queremos destacar a otra personalidad no tan conocida, pero con una relevancia muy importante dentro de la lucha no violenta y cuyo conocimiento han usado muchos para hacer caer régimen dictatoriales. Esta figura es Gene Sharp.Un hombre que ha dedicado gran parte de su vida a estudiar las distintas revoluciones y las tácticas no violentas usadas en ellas. Ha sido llamado “el genio de las libertades” o de cómo conseguir las libertades.
Las tácticas que él describe se pusieron en práctica conscientemente en revoluciones como la de Egipto y Siria en“La primavera árabe”, en Serbia; durante la caída de Milosevic, en la revolución verde de Irán y una larga lista de países.En sus libros aparecen descritos 198 métodos de resistencia no violentacomo el boicot económico, la desobediencia civil, las protestas, etc. Estos métodos o tácticas son lo contrario a la lucha militar.
Paso 3
¡Se armaron los madrazos!, ahora, ¿que haces?
Dentro de sus estudios, Gene Sharp cuenta que si puedes identificar las fuentes del poder de un gobierno -legitimidad, apoyo popular y apoyo institucional- entonces sabrás de qué depende la existencia de ese gobierno. Puesto que esas fuentes de poder dependen del apoyo de la gente, lo que hay que hacer es reducir el apoyo, la legitimidad y la obediencia. Así el régimen quedará debilitado y finalmente caerá.
Paso 4
Gana followers y menos haters
La primera lección de Gene Sharp nos dice que hay que planificar una estrategia. Cuanto más definida esté, la revolución tendrá más probabilidades de triunfar. La improvisación no va a traer el éxito. Un revolución no es vender jitomates o regatear ajos. Hay que superar la atomización. Los que estén en contra de la revolución van a tratar de que cada individuo en la sociedad sea una unidad aislada, o como quien dice, usarán el clásico “divide y vencerás”. Por todos los medios hay que tratar de ser un grupo y utilizar el poder que nos otorga actuar de esta manera. Entre todos se pueden hacer cosas que uno solo no podría ni en sus más caros sueños guajiros.
Paso 5
Recuerda: ¡Mas vale maña que fuerza!
¿Pilares de apoyo? Los pilares de apoyo son esenciales para la sustentación de cualquier régimen, y a la vez son su punto más débil. Destruir los pilares de apoyo es una de las maneras más efectivas de acabar con un régimen. Dichos pilares de apoyo vienen a ser los ya nombrados: la legitimidad, el apoyo popular y el apoyo institucional.
Tienes que resistir la violencia. ¡Aguanta, brother, que acabar con los malosos no son enchiladas! En el momento que se use la violencia se pierde toda la legitimidad y se legitima al adversario para que la use, lo cual tiene fuertes consecuencias porque el adversario suele concentrar más poder. Recuerda que manteniendo la no violencia es más difícil ser contrarrestado por el adversario.
Y así llegamos al Ju-Jitsu político,que no es más que usar la fuerza del adversario en beneficio propio (el bello arte de voltear la tortilla).Si el gobierno es brutal, muchas personas se pasarán a la oposición. Esto pasó durante el “viernes sangriento” en Irlanda cuando la policía reprimió una marcha pacífica dejando seis muertos. Al día siguiente, un torrente de personas abandonó la vía pacífica para alistarse en el IRA.
De ahí en adelante la última fase de tu revuelta es la más simple, pero quizás una de las más difíciles de llevar a cabo con el transcurso del tiempo. No te rindas. Mientras no te rindas (y no corras a llorar con mamá, o a la cantina de tu confianza), no estás derrotado.
Paso 4
Escucha y piensa en lo más necesario (Pondera prioridades).
Una revolución no se trata de ti, sino de todas las personas. No trates de conseguir fama (el Che Guevara es famoso, pero fue un hijo de puta al que le encantaba fusilar batos antes del desayuno).
Ten una idea de cómo quieres que la sociedad se vea después de la revolución. Las personas inocentes podrían sufrir si las estructuras para tomar el control no se implementan (o repiten el patrón del atasque).
Al igual que muchas revoluciones en el pasado, puedes morir en la guerra,ser atacado, torturado, encarcelado, etcétera… a manos de las personas en el poder que protegen sus intereses. Sin embargo, eso no quiere decir que el movimiento y la causa no puedan vencer si hay suficiente determinación. Existen algunos métodos que las personas en el poder realizan para intimidar y tratar de apagar el fuego de la revolución antes de que las queme.
Nunca dejes que el propósito de la revolución se conduzca por una sola persona o un solo grupo; los partidarios deben ser regidos por su causa legítima.
Recuerda confiar en las personas por las que luchas. Ellas son tu legado. Tienes que estar totalmente comprometido para triunfar; llegar a un acuerdo es un fracaso (y pasarás a la historia como un vendecausas más).
Si quieres cambiar el mundo a tu alrededor, ¡tienes que cambiarte a ti primero! Conoce qué haces y por quién lo haces. Asimismo, sé consciente de cuánto se puede perder.
Siempre di la verdad y nunca sucumbas a las tentaciones del poder o del dinero. Cree en tu causa y en tu base de poder. La revolución es una creencia, no una catapulta para alzar tu asqueroso ego.
Hay fuerza en la cuantía. En cuanto más grandes sean la masa y la unidad del movimiento, mayor será la probabilidad de conseguir lo que se exige.
No beneficiarás a nadie si sólo intentas consolidar un poder o ganar reconocimiento propio.
Acepta las aportaciones de las demás personas. La revolución no puede suceder por solo una persona; no seas un ego con patas que toma la ley en sus manos. Acepta la igualdad (y no te rajes).