viernes, noviembre 1 2024

por Alejandra Gómez Macchia

No hay algo más trivial y cotidiano que tender una cama. ¿Para qué escribir sobre esto? ¿Quién se detiene a pensar, mientras jala las sábanas, en la importancia capital de los colchones y las dimensiones, la textura y el posible uso de una cama?

¿Cuántas camas pasan por la vida de un ser humano? ¿La cuna cuenta? ¿Quién coño inventó la cama de agua? ¿Cómo se le pueden sacar las manchas de orín que dejan los niños cuando no han aprendido a controlar los esfínteres? ¿Es triste o feliz tener la cama sólo para sí? ¿Cuán peligroso es meter a tu cama a un extraño? ¿Se puede volar en una cama? ¿Cuándo se debe tirar un colchón? ¿Son mejores los duros (y para qué)? O los suaves… y para qué. Moriremos en una cama… de hospital o de casa, a menos que la baja se dé en un accidente o en un enfrentamiento callejero o en la guerra o ahogados. ¿Dura más una pareja que duerme en camas separadas? ¿Mi abuelos seguían follando a los 85 años? ¡Las sábanas importan! Desconfía de alguien que no le invierta a las sabanas. El edredón debe pesar. ¿Cuántos ácaros viven en las almohadas? ¿Cuántos litros de baba segregamos sobre ellas en el transcurso de la vida? ¿Comer en la cama? ¿Víctor Hugo escribió Los Miserables en la cama o parado? (creo que tenía hemorroides y no le sentaba bien sentarse. ¿Cómo se desintegra un colchón en el basurero? ¿Deben darnos asco las camas de los moteles? ¿Fornican más rudo y más sucio en los hoteles o en los moteles? ¿A qué distancia se debe poner un voyeur para admirar un trío? ¿Las King Size son la tumba de los matrimonios o se mueren de por sí al quinto año? ¿Qué onda con los catres? ¡también son camas, caray! ¿Cómo le ajustas las sábanas al catre? ¿La Queen Size es un avance burgués o sólo se inventó para humillar a la matrimonial? ¿Leer en la cama? ¿Es el lugar propicio para tomar decisiones? ¿Es también la gran salvadora de parejas en decadencia? ¿Con o sin cabecera? ¿De dónde se amarran las corbatas o las cintas para someter cachondamente al camarada? ¿Se llora más en la cama o en la barra? ¿El colchón tiene memoria o es un caballero? ¿Se puede llamar cama a un tapete que funge como tal? ¿Y la cama de piedra de Cuco Sánchez?

 

Quizás necesite un ansiolítico porque no es normal hacerse estas y otras cientos de preguntas  mientras tiendes la cama y escuchas a Lobo y Melón.

¡Pelotero a la bola! 

Hablemos de la cama. Finalmente es el lugar en donde un ser humano pasa, si tiene buena suerte, la mitad de su vida durmiendo, y si tiene mejor suerte, echando pata. ¿Por qué se dice echando pata? ¿A dónde se echa la pata? ¿Sólo una o las dos? En fin… 

Sola o acompañada, la cama para mí siempre ha sido lugar de respeto. La evito durante el día porque, como buena damita, puede volverse adictiva.

No soy mucho de estar acostada. Me duele la espalda y no paro de mirar hacia el techo en busca de formas de inteligencia alienígena.

Antes, incluso, afirmaba que dormir era una pérdida de tiempo. Sin embargo, los años han pasado y he descubierto que una vida feliz, una vida plena y satisfactoria está íntimamente ligada a la cama. También es importante dormir para no envejecer.

En la cama he tenido grandes conversaciones. He escuchado la mejor música, llena de ensoñación. He degustado el mejor café, he llorado a rienda suelta, me he atribulado como personaje ruso. Deberíamos marchar todos hacia Reforma exigiendo camas dignas en los hospitales. 

No me gustan las camas chicas. Jamás he dormido en la parte baja de una litera. Una cama dice mucho de la gente: como el carro, como la cocina, como los zapatos o las corbatas.

Llevo años durmiendo sola y tuve que inventarme ciertos rituales para que aquello no me pareciera una desgracia: la cama nos debe contar una historia. La posición de las sábanas al despertar es un mapa maravilloso para traducir durante la vigilia.

Creo firmemente que el amor se demuestra en la cama, pero no de la manera en la que se piensa: si amas a alguien, vete a tu esquina y déjalo (a) dormir.

Con o sin espacio en medio, las parejas que nacen conflictuadas acaban alejándose por varios factores que, si bien pueden tener como escenario la propia cama, poco tiene que ver con la forma en la que uno decida lanzarse al sueño.

Dormir con alguien no es tan fácil, a menos que uno esté intoxicado y ni se percate del bulto. Dormir es una de las actividades más íntimas que hay, pero si encuentras a la persona indicada, dormir acompañado es algo parecido a transitar seguro por parajes misteriosos.

Cuando uno duerme solo se reconcilia con el silencio y las formas de la luz y de la sombra. Cuando uno duerme acompañado, fomenta involuntariamente la tolerancia y vence el miedo al vacío. La cama es un tema cuasi barroco. Rococó: es flor sobre flor sobre flor.

La cama conserva nuestra forma con el paso del tiempo: es una especie de capullo sin muros que por las noches nos recoge en modo larva y al amanecer escupe mariposas.

Hay camas que representan en sí un acto de fe, pues siendo realistas, uno nunca sabe si volverá entero o vivo al día siguiente de la patria de los sueños.

 

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