La Quinta Columna
Por Mario Alberto Mejía
Todo fue extrañamente raro.
Primero trascendió que Juan Carlos Lastiri había sido levantado por seis hombres armados en Zacatlán.
Luego dijeron que no había sido un levantón”, sino una orden de aprehensión cumplida.
Lugo vino lo que Alfonso Durazo le dijo a una senadora en el sentido de que Lastiri no había sido aprehendido.
Minutos después sobrevino un manotazo: el ex subsecretario de la SEDESO y la SEDATU sí había sido detenido.
Y hasta dijeron que el mismo juez del caso Rosario Robles le había obsequiado la bellísima orden de aprehensión.
Las horas pasaron y vino el desmentido: Lastiri no fue aprehendido ni mucho menos.
Ah, y tampoco se encontraba en el Reclusorio Oriente.
Nuevas horas se movieron en el reloj.
Por fin algo aparentemente real: la esposa de Lastiri decía que no sabían nada de su esposo.
Tic tac, tic tac.
Es oficial: a Lastiri lo secuestraron.
Sorpresivamente, el viernes corrió la voz de que el secuestrado había sido puesto en libertad.
Todo fue exprés.
El levantón, la supuesta aprehensión, los desmentidos, las nuevas versiones, la libertad.
Sobre todo esto último.
Cuando a Diego Fernández de Cevallos lo secuestraron pasaron cosas extrañas:
Sus captores tardaron un mes para comunicarse con los familiares del Jefe Diego.
Un mes.
Y una vez que se logró la negociación, pasaron quince días para que lo dejaran en libertad.
Quince días.
Aquí todos tenían prisa.
Los secuestradores y el secuestrado.
Tanta prisa tenían los primeros que ni siquiera se pusieron en contacto con la familia.
Todo se arregló, así parece, entre las partes involucradas.
Fast track.
Comida rápida.
Por eso el inicio de esta columna:
Todo fue extrañamente raro.
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Dos Bodas en el Olimpo
El jueves se casó por segunda ocasión Christhian Macip, hijo de Eduardo Macip Zúñiga, en el Campo Marte.
La novia no podía ser de mejor estilo.
Y es que es la nieta consentida de Germán Larrea Mota Velasco, poderosísimo dueño de Grupo México, la empresa minera más grande del país y la tercera productora de cobre más grande del mundo.
Ahí estuvo de lo más contento Eduardo Macip Zúñiga, quien fue perseguido judicialmente por Rafael Moreno Valle y exonerado de toda culpa por José Antonio Gali Fayad.
Hoy, Christian Macip milita en el partido de la profesora Elba Esther y es comisionado nacional de Finanzas de las Redes Sociales Progresistas.
Al día siguiente, Eduardo Macip siguió la fiesta pero ahora en Acapulco, donde se casó uno de los hijos de Aarón Dychter Poltolarek.
Gran fiesta llena de burbujas y mejores augurios.
El sábado de muertos, Lalo Macip y Dychter, ya relajados y bailados, se fueron a comer con sus familias muy quitados de la pena.