El funeral de Lolita o cómo —siendo poeta—escribir tu primera novela y no morir en el intento
Nacida en Alcalá de Henares en 1990, Luna Miguel aterriza en el género de la novela después de haber tenido un largo e interesante recorrido por la poesía. Ella como muchos jóvenes de la generación Millennial se dio a conocer a través de los famosos blogs.
Por Fredo Godínez
Para muchos, los blogs fueron el vehículo para comenzar a dar los primeros pasos literarios y para otros siguen siendo un espacio para experimentar nuevas formas de hacer literatura. En el caso de Luna Miguel, si se acercan a su blog http://www.lunamonelle.com, podrán darse cuenta de que ella sigue encontrando nuevas formas de hacer poesía.
La primera entrada de su blog data de 2006 y sus primeros poemarios comienzan a publicarse dos años después de su primer post. Entre sus poemarios más reconocidos se encuentran: Estar enfermo, Poetry Is Not Dead, La tumba del marinero, Los estómagos y El arrecife de las sirenas. Si uno se adentra en algunos de los poemas que pueden encontrarse de ella por el mundo del Internet, podrán darse cuenta de que se está ante un poeta que cuya única ambición es retratar el mundo en el que vive y a través del verso encontrar a su “yo” interior; por ende, su poesía es sincera, cristalina y trata de aquellos temas tan universales como amor, sexo, vida, muerte, ser hija, ser madre o ser persona. En lo personal, siempre he preferido la poesía con más entraña y menos estructura tradicional y Luna Miguel, sin duda es una poeta ad hoc a las necesidades, búsquedas o inquietudes generacionales que siempre han preferido el fondo que la forma “tradicional”.
Cuando supe que Luna Miguel había publicado su primera novela, el morbo por leerla era enorme. Tenía curiosidad por conocer la estructura de esta, su ritmo, su musicalidad; me imaginaba una novela con demasiada influencia poética. Luego, el título hacía más atractivo el encuentro: El funeral de Lolita.
A lo largo de ciento noventa páginas, el lector que se acerque a El funeral de Lolita podrá adentrarse en la vida de Helena, quien a pesar de ser una reconocida y jovencísima crítica gastronómica que siempre tiene las palabras precisas para describir, analizar y recomendar ciertos platillos, no ha logrado saber qué hacer con su vida. Una vida que al parecer es buena, pues goza de un buen trabajo, una relación amorosa estable; sin embargo, algunos sentimientos y pensamiento le voltearán su tranquilidad al recibir una llamada donde le informan que Roberto ha muerto. A partir de aquí, el lector —junto con la protagonista— vivirán una serie momentos que van del recuerdo al mundo presente y de regreso, gracias a los cuales Helena podría ir curando las heridas y el lector conociendo a fondo a Helena.
El funeral de Lolita es un viaje interior, donde aquí no se salva a otro del peligro, sino a uno mismo. Al final, Helena y el lector no serán los mismos al llegar al punto final.
Luna Miguel no sólo sale avante en su primera novela, sino que logra conjugar muy bien en El funeral de Lolita sus dos pasiones: el periodismo y la poesía, pues las herramientas que ambos géneros le han proporcionado las puso al servicio de la novela para construir una narrativa que deslumbra por su brevedad, precisión y ritmo. Un libro que no te suelta desde el comienzo y va llevando al lector con una cadencia propia del poema y, al mismo tiempo detalla y narra sólo como una excelente crónica podría lograrlo.
Una novela disfrutable y sin duda, Luna Miguel es una autora que uno agradece leer.