“La vida es locomoción, si no estas en movimiento
no estas viviendo. Llega un momento en que tienes que
dejar las cosas y tienes que empezar a correr hacia algo,
tienes que seguir adelante.
Mantenerse en movimiento, incluso si el camino no esta
Iluminado, confía en que encontraras tu camino.”
The Flash, de Nora Allen.
The Flash (new 52) vol.1 #1
Por: Víctor Manuel Espinoza
Platicando con mi amigo Luis Reyes concluimos que el movimiento lo es todo, ¿por qué?.
Como Fisioterapeuta creo firmemente que el movimiento cura, desde una perspectiva basada en la evidencia.
Ahora, creyendo esto, llegué a la conclusión sobre «curar«, el alma, el cuerpo, el espíritu, la esencia, la vida misma. Todo necesita del movimiento.
Todo lo que podamos ver o tener tiene movimiento, el planeta, el tiempo, el cuerpo, las emociones, la música, el amor, por mencionar algunas cosas que cuentan con este súper poder.
Quien no se mueve se estanca, se queda en ese lugar sin reacción ni acción. Pierde la cualidad de poder avanzar, no sólo hablando de distancia, sino de crecer, en todos los términos que concrete con este verbo.
Para la Fisioterapia, el movimiento es vida; es la principal herramienta para rehabilitar a nuestros pacientes. Parte fundamental de nuestros diagnósticos (el mecanismos de acción) y de nuestros tratamientos (ejercicio terapéutico, principalmente). El analizar las técnicas de Fisioterapia como los agentes físicos en todas (o casi todas) se cuenta con esta cualidad, provocan ondas, provocan movimiento mismo a través de una corriente eléctrica, movilización articular, facial y hasta de algún tipo de líquido.
Nuestro cuerpo está diseñado para moverse, somos una maquina perfecta para desplazarnos en todos los sentidos.
El no moverse para nuestros pacientes y nosotros mismos trae a consecuencia que el dolor aumente, que se atrofien los músculos o que los rangos de movilidad disminuyan.
Dejar de hacer ejercicio hace cambios muy significativos en nuestros sistemas cardio respiratorio, musculoesqueletico, digestivo y hasta al neurológico, aparte del sedentarismo que adoptamos y del envejecimiento a nuestros músculos y articulaciones.
Te percatas que todo y todos tenemos la cualidad de movernos.
¿Le sigo o empezamos a caminar al día 20 minutos?
En la vida el movimiento es trascendental.
Hablando por mí y mi nula o poca experiencia en este viaje, el quedarnos inmóviles nos estanca, nos marca, nos confía, nos amarra, nos destruye, nos mata.
El no hablar por lo que estamos pasando, el no transmitir energía (positiva en el mejor de los casos), el quedarnos días recostados en la cama sin hacer alguna actividad nos destruye.
Imagínense esto: la vida en línea recta qué aburrida sería, sin colocarnos pruebas que nos hagan tocar el fondo y nos exijamos a nosotros mismos salir de ese bache.
Hace un tiempo una amiga me preguntaba;
-Vic ¿qué hiciste para que ahora estés volando?
Sencillo –conteste- “TOQUÉ FONDO”.
Sólo así podemos aprender a volar y mantenernos en esa cima.
Depende de nosotros MOVERNOS de todo lo que estamos viviendo, no estancarnos, activarnos físicamente, mentalmente y espiritualmente (si aplica con nuestras creencias).
Ahora, el movimiento ¿en realidad cura?.
CLARO, contesto y profeso.
No te encasilles, no te ates, no te quemes, no te aflijas.
Sal de aquella zona hermosa y relajada que es la de “confort”, pero siempre procurando a los tuyos, sin lastimar ni herir (ni a ellos ni a ti), sabiendo las consecuencias de lo que harás… que la única que puede ser es CRECER.
Muévete
