viernes, noviembre 1 2024

Por David Carmona Sánchez
Imagen: Pharmafield

Agradezco a mis amigos Carlos Meza Viveros, Alejandra Gómez Macchia, Martín Hernández Alcántara, Mario Alberto Mejía, Fermín García, Erick Becerra, Fernando Crisanto, entre otros, por sus enseñanzas inmerecidas. El día de hoy me atrevo a escribir solicitando mis disculpas ante esas grandes plumas.

Vivimos una pandemia que nunca imaginamos, el escritor Bruno Cardeñosa en su texto intitulado “El gobierno invisible” cita textual:

“…Si rebuscamos en los tiempos antiguos, los chinos son el mejor ejemplo para traer a colación. Ellos lograron hacerse con uno de los imperios más grandes que ha existido. Los mongoles lo hicieron después- Nunca ha existido imperio tan grande como el de ellos. Quizá por esa razón, desde que conquistaron medio mundo nada ha cambiado en realidad. Y todos los poderosos no han hecho más que repetir las fórmulas que tuvieron éxito.

Para ello, fue fundamental la aparición de unas enseñanzas que se imponían, en secreto, tras su forma de gobernar. Todo fue culpa de un hombre llamado Sun Tzu, que escribió hace casi tres milenios una serie de principios agrupados bajo el título El arte de la guerra. Además aquellos hombres también tuvieron entre sus manuales una serie de estrategias transmitidas de filósofo a filósofo, y que les proporcionaron a los mandatarios las ideas necesarias –las justas, ni una más ni una menos- para doblegar a sus enemigos gracias a algo más que la fuerza bruta, puesto que sabían que, como tal, las armas más fuertes nunca eran suficientes para culminar con éxito una misión.

El sabio Sun Tzu estableció los principios para mantener y ampliar el campo de acción y dominio del Poder. Las bases de su sabiduría eran sencillas:

Aprende a combatir, muestra el camino, hazlo bien, conoce los hechos, espera lo peor, aprovecha el momento  y luego quema tus propias naves; entonces hazlo mejor, empuja junto a todos los tuyos y vence sin que nadie haya adivinado desde el principio cuáles eran tus intenciones…”

Si nos ponemos a reflexionar nada ha cambiado, solo los actores que se encargan de mover los hilos de este mundo, la creación de epidemias y pandemias es una realidad, ya el ántrax, ya la influenza, hoy el coronavirus, vivimos dominados por grupos de poder que tienen como finalidad el exterminio, la pobreza, el fin de esta sociedad.

Tenemos gobernantes incapaces, a quienes sólo nosotros tenemos la culpa de estar en esas cúpulas, Puebla vive en un estertor constante, con un gobernador que no hila, con una presidenta municipal que muestra su ambición en llenarse las bolsas de dinero, ya que pronto tendremos elecciones intermedias para renovar cabildos y diputaciones, varios cargos que ya tienen a diferentes personajes frotándose las manos para solo llevarse el dinero del erario sin pensar en las necesidades ciudadanas, y mucho menos en lo que dejarán a las generaciones que vienen atrás. Triste realidad de México y el mundo en general, pero como lo he mencionado, tenemos los gobiernos que nos merecemos.

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