Elon Musk y su oferta de adquirir Twitter: ¿qué hay de nuevo?
La impactante oferta de Elon Musk para adquirir Twitter generó a la vez críticas y aplausos, tras prometer abrir la red social a una mayor libertad de expresión en beneficio de la democracia.
Analistas tecnológicos reaccionaron a la propuesta del jefe de Tesla con preocupaciones sobre su transparencia, discurso público e incluso sobre cómo podría impactar a la democracia.
Twitter, considerada una de las mayores y más influyentes plataformas de intercambio de información del mundo, recibió una oferta de compra por 43 mil millones de dólares de parte de Musk, aunque enfrenta incertidumbres en varios frentes.
«Twitter es demasiado importante para ser poseída por una sola persona», escribió en la red social Fred Wilson, inversionista de riesgo. «Debería pasar lo contrario, que Twitter sea descentralizada», opinó.
La oferta de Musk, quien no ha precisado los medios de financiación para la eventual compra, enfrenta la resistencia de la junta directiva y al menos de algunos accionistas.
El príncipe saudita Alwaleed bin Talal se opuso a la oferta diciendo que es demasiado baja, a lo que Musk respondió ironizando sobre «la libertad de expresión de los medios» en Arabia Saudita.
– Desvelar los algoritmos -Además, Musk adelantó el jueves que le gustaría levantar el velo del algoritmo que rige la plataforma, permitiendo a la gente escudriñarlo y sugerir cambios.
También reiteró su posición sobre un enfoque más directo para vigilar el contenido en la plataforma, un asunto espinoso que ha levantado críticas en Twitter, en especial en los casos de alto perfil sobre violaciones a los términos del servicio.
Los adversarios políticos del republicano Donald Trump pidieron durante mucho tiempo su censura en la red social y sus admiradores expresaron su indignación cuando fue expulsado por temores de que sus mensajes «pudieran generar violencia».
«Creo que solo queremos ser muy reacios a eliminar cosas y muy precavidos con vetos permanentes. Creo que son mejores las suspensiones temporales», dijo Musk en una rueda de prensa el jueves.
«Considero que lo que queremos realmente, como una especie de obsesión y realidad, es que el discurso sea tan libre como sea racionalmente posible», agregó Musk.
– Conservadores aplauden, la izquierda aterrada –
Los críticos argumentan que una libertad de discurso absoluta en las redes sociales sería un asunto muy complicado en el mundo real.
«Temo por el impacto en la sociedad y en la política si Elon Musk compra Twitter», tuiteó Max Boot, un columnista del Washington Post, diario perteneciente al otro multimillonario más poderoso de Estados Unidos, Jeff Bezos, fundador de Amazon y rival de Musk en la competencia tecnológica espacial.
«Él (Musk) parece creer que en las redes sociales puede hacerse cualquier cosa. Pero para la supervivencia de la democracia necesitamos más moderación del contenido, no menos», agregó Boot.
Pero los que apoyan la idea de Musk de transformar a Twitter para que deje de flechar la cancha política desde sus algoritmos llegaron a una conclusión totalmente opuesta, dándole la bienvenida al prospecto.
«¡Es la mejor de las noticias para la libertad de expresión en años!», tuiteó Nigel Farage, político populista que ayudó a dirigir la campaña por el Brexit.
Políticos conservadores de Estados Unidos como el senador Ted Cruz también mostraron su respaldo a una menor moderación en la red social.
«Si la izquierda piensa que tiene razón ¿ por qué está tan atemorizada del libre discurso?», tuiteó Cruz en respuesta a las críticas de Boot.
– El desafío de liberar la arena pública –
Más aun, la izquierda y la derecha del espectro político en Estados Unidos han sido escépticas del poder concentrado en unas pocas manos en las plataformas sociales y su falta de transparencia.
Los legisladores de Estados Unidos se han estancado por mucho tiempo en cuanto a la regulación de los gigantes de la tecnología de forma que los estados han lanzado sus propias normas, sondeos y demandas.
La idea de que Twitter, que actualmente es una empresa pública, pase a manos privadas y hacia una estructura que concentraría el poder en las manos de Musk, parece contradictoria.
La red ha sido considerada una plaza mundial para el intercambio de ideas, y por tanto un lugar donde el derecho a expresarse es primordial.
«‘Tengo que comprar y hacer privada la plaza pública para salvarla!’, intenta decirlo en voz alta, suena ridículo», escribió en su cuenta Renee DiResta, administradora de investigación técnica en el observatorio de internet de Stanford.