Por: Mario Alberto Mejia
El hombre apacible perdió la paciencia y estalló:
“¿De dónde, chingaos, sacó su dinero!”.
Enrique Cárdenas salió de su aburrimiento —del tedio, del hastío, que a él mismo le provoca su campaña— y soltó un grito de furia.
Los reporteros le preguntaban sobre un señalamiento directo hecho por Miguel Barbosa Huerta en el sentido de que el gobernador Enrique Alfaro, de Jalisco, es quien está detrás de la campaña negra instrumentada en su contra.
Igual que cuando explotó en contra de Nora Lustig y Pedro Ángel Palou —ex rectores de la UDLAP—, Cárdenas soltó un gritito y un “¡chingao! que asustó a los reporteros y que motivó a sus porristas a canturrear “¡Cárdenas gobernador!”.
Eso ya marcó un antes y un después en esta trama poblana, y en esta campaña achaparrada pese a los millonarios recursos de Alfaro y de la derechita cobarde que lo patrocina.
Cárdenas se descompuso, sí, y mostró que el nerviosismo ya lo hizo presa.
Es el resultado de una campaña que no crece por más que los operadores de Alfaro se empeñan en enlodar al candidato de Juntos Haremos Historia.
No podía ser de otra manera.
Los números de las encuestas mandadas a hacer por el propio Cárdenas lo ponen muy debajo de Barbosa.
Este jueves, un panista de altos vuelos se quiso ver optimista cuando le pregunté cuál era su pronóstico.
—Barbosa va a ganar, pero no por los puntos que presume —me dijo.
—¿Por cuántos ganará entonces? —insistí.
—Por unos diez puntos —acotó.
Ufff.
Suficientes, en el peor escenario, para hundir la chinampa en la que viaja el hombre aburrido que este jueves estalló frente a los reporteros.
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La Covacha y el Columnista
Gerardo Ruiz, director de El Incorrecto, fue el primero en hablar en su columna de una de las empresas que por encargo de Enrique Alfaro hacen la guerra sucia en contra de Miguel Barbosa.
Sí, en efecto, hace dos días reveló el nombre completo de Covacha, Gabinete de Comunicación SA de CV.
Y ofreció otros nombres ligados en la trama.
Ufff.
Lo que hay que ver en esta historia.
