miércoles, diciembre 18 2024

Germán Martínez Cázares presentó hoy su renuncia como director general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) al Consejo Técnico de esta dependencia, debido «a la perniciosa injerencia que tienen algunos funcionarios de la Secretaría de Hacienda en el Instituto» y que ponen en riesgo la prestación de los servicios.

En su carta de renuncia en la que expone sus razones en 11 cuartillas, explicó que la dependencia maneja en sus servicios más de mil millones de pesos diarios, por lo que controlar en exceso esos recursos, sin racionalidad y sin apego a las normas, puede acabar con la vocación social del propio Instituto.

Señaló que el presidente Andrés Manuel López Obrador proclamó el fin del neoliberalismo, pero -agregó- en el Seguro Social la participación de Hacienda es neoliberal, al buscar solamente “ahorro y más ahorro, recortes de personal y más reportes de personal, y un rediseño institucional donde importa más el cargo que el encargo”.

Martínez Cázares destacó que el IMSS necesita una reforma para acoplarlo al sistema universal de salud y un modelo preventivo que atienda los factores sociales que afectan a los mexicanos, y no de una renovación ficticia.

“Algunos funcionarios de Hacienda intentan una remodelación cosmética del IMSS, donde por ejemplo, se pretende reformar el reglamento para colocar funcionarios administrativos en los estados desde la Secretaría de Hacienda, y así anular a los delegados que este Consejo Técnico aprobó”, puntualizó.

El ex titular de dicha dependencia manifestó que dicha secretaría federal busca nombrar, en todo el país, a una especie de delegados administrativos estatales, “fuera del Consejo Técnico para que sean ellos quienes en los hechos administren, desde lo local, al Seguro Social”.

Precisó que mientras se discute la remodelación del Instituto, muchos trabajadores están en incertidumbre laboral, otros sin contrato, mientras que algunas vacantes aumentan y el rezago en infraestructura es “brutal”.

Detalló que en 2019 prácticamente está en cero el avance de obras y el pago a proveedores; los contratos y convenios de servicios están rezagados, y algunos están por vencer sin futuro de legalidad y eficiencia, en tanto que las compras de equipamiento están paradas y la reclamaciones y litigios van en aumento.

No obstante, enfatizó, el abasto de medicamentos si está garantizado, «aunque en algunos lugares pende de un hilo».

Insistió en que el control del gasto para el Seguro Social tiene dos consecuencias fatales, una directa para la dependencia teniendo pasillos llenos de espera de personas con dolor y que reciben un maltrato o atención con retraso; el segundo efecto es indirecto, «pero todavía peor», porque la falta de servicios en el seguro social fortalece a la salud privada, lo que ocasionará mayor gasto de bolsillo a las familias.

“Ahorrar y controlar en exceso el gasto en salud es inhumano. Ese control llega a escatimar los recursos para los mexicanos más pobres”, indicó.

Germán Martínez reveló que el IMSS Bienestar, mediante el cual se pretende otorgar medicamentos y consultas gratuitas a la población sin seguridad social, en cifras reales, al día de hoy, tiene menos recursos que el último año del gobierno anterior, porque le deben más de mil millones de pesos del llamado componente de salud, que le correspondía del desaparecido programa Prospera.

Asimismo, señaló que si la Secretaría de Hacienda creyera que los ahorros en el IMSS se pueden desviar a otros fines, «es necesario recordarle» que el Instituto no estará obligado a concentrar en la Teseroría de la Federación sus ingresos según el artículo 277 C de la Ley del Seguro Social.

En su opinión, nadie en su sano juicio se hará cargo desde el Instituto Mexicano del Seguro Social de instrucciones sólo en la Secretaría de Hacienda. 

Advirtió que descuidar la recaudación tributaria, así como la debida y justa incorporación de los trabajadores al Seguro Social es suicida para este órgano tripartita.

Manifestó que la mayor corrupción en esta dependencia es la simulación de la declaración de las cuotas subestimadas que roban el esfuerzo diario de los trabajadores, porque con cuotas ficticiamente bajas pierden jubilaciones, pensiones de viudez y créditos para vivienda justos, mientras que algunos patrones acumulan inmoralmente esos recursos.

Martínez Cázares aclaró que el motivo de su diferendo con algunos funcionarios de la Secretaría de Hacienda no es la compra de medicamentos, pues no defiende a farmacéuticas, ni a proveedores o constructores, sino que buscaba fortalecer y hacer respetar al Seguro Social.

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