Jóvenes y mujeres que marchan por Puebla
por Charly MT
dedicado a mi Mamá, a mi hermana Fer y a los jóvenes que trabajan en Enruédate
Hoy es un día muy importante para las mujeres y para los hijos y los hermanos y los padres de las mujeres que sostienen nuestra casa y este país.
Así también, el pasado miércoles fue un día muy importante para Puebla y para sus jóvenes.
Se dio la marcha más grande que se haya visto. Miles, cientos de miles de estudiantes y jóvenes de casi todas las universidades se unieron para exigir seguridad.
Yo formo parte de esa manada, aunque no asista a una universidad. Pero me sentí representado por cada uno de ellos, de las chicas y los chicos que se organizaron y tomaron por un día el control de la ciudad.
Este mes de marzo será recordado siempre por todos como el momento en el que los chavos dejaron atrás sus miedos y gritaron al mismo tiempo que merecemos vivir seguros y en paz.
En mi caso, tengo distintas ocupaciones a la de estudiar. Yo, junto con un grupo de jóvenes, dedicamos nuestros días y toda nuestra energía en hacer conciencia sobre distintas condiciones de discapacidad. Hacemos que por unos momentos todos los que hozan de tener sus cinco sentidos y sus capacidades en orden, vean el esfuerzo que hacen aquellos que no los tienen. Por ellos me gustaría decir que estoy orgulloso y felicito a los universitarios que fueron caminando de la Juárez a Casa Aguayo para que el gobernador los escuchara.
No es justo que maten el futuro. No es justo que andemos con miedo. No es justo que los delincuentes les roben la felicidad a las familias como la que los muchachos médicos que mataron en el carnaval de Huejotzingo.
Pero creo que el mundo está cambiando. Y que Puebla está cambiando.
La semana pasada fueron los jóvenes. Hoy serán las mujeres en su día, y mañana viviremos un experimento que nunca se ha visto: un día sin mujeres.
Seguro será un día muy extraño, triste. Yo no imagino la vida sin las mujeres que quiero. No imagino despertar un día y que mi mamá no esté o que mi hermana o mis tías no contesten a mi llamado.
Ellas, las mujeres con las que convivo son parte de mí y me dan fuerza y ánimo para trabajar.
Por eso pienso que, si este día paran en sus labores, los hombres que siguen creyendo que la mujer es menos o que no vale, sentirán una ausencia que no podrán olvidar jamás. Porque estamos juntos para ayudarnos. Como los jóvenes están estudiando para que este país mejore.
¡Felicidades a los universitarios y a las mujeres que están cambiando la manera de ver las cosas!