Por Iván Juárez, director de Comunicación del Consejo Ciudadano de Seguridad y Justicia de Puebla @CCSJPuebla
Diciembre y enero son épocas en las que las dinámicas de interacción sociales cambian. Empezamos a preocuparnos por la cena de navidad, los regalos, las compras, los viajes, por las amistades y familia; todo ello si se cuenta con el privilegio de la estabilidad. Para muchos y muchas más es un tiempo como cualquier otro, donde trabajar para sobrevivir es la rutina. En medio de este clima se presentan también cambios en los trabajos y suele haber despidos o fines de contrato con lo que muchas personas optan por emplearse temporalmente. Así como puede ser tiempos de paz y armonía también pueden serlo de infortunio, esa es la desigualdad en la que vivimos.
Durante estos meses buscamos optimizar recursos y parecería que literalmente cuidamos más nuestro dinero, aguinaldo y ahorros. Sin embargo, la delincuencia no descasa por lo que a continuación analizaremos el comportamiento de algunos delitos que dañan al patrimonio de las personas y empresas durante los meses de noviembre, diciembre y enero del año 2016 al 2018 con datos de las carpetas de investigación (CDI) iniciadas que reporta el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública del estado de Puebla.
En la evolución histórica del periodo mencionado resulta que el robo a casa habitación en cada octubre de estos tres años tiene un pico promedio 215 carpetas, para mostrar un descenso en noviembre de 156 CDI para mantenerse a la baja, es decir, a partir de octubre son denunciados menos robos al interior de domicilio que en los meses anteriores. Solamente en diciembre de 2018 hubo un repunte respecto al mes anterior pero no significativo.
En el caso del robo a transeúnte, en el que el estado de Puebla está ubicado en séptima posición nacional por suceso de acuerdo con el último informe de incidencia delictiva estatal, de nueva cuenta los últimos trimestres de los tres años anteriores registran bajas en las denuncias. De octubre a diciembre de 2018 hubo una reducción de 33%, pasando de 152 a 102 CDI siendo el número más bajo de todo ese año. De nueva cuenta delito a la baja.
Continuando con el robo a negocio el decremento es aún más notable y se mantiene la tendencia de que en octubre baja el número alcanzado de CDI. Por ejemplo, en 2017 del mes de noviembre a diciembre el registro paso de 500 a 304 CDI, dándonos a entender que menos personas fueron víctimas del robo a sus empresas o al menos eso parecería. También en 2018 el delito bajo a partir de octubre y en este caso arrojó la cifra más baja del año pasando de 388 denuncias a 267.
Estos tres delitos, robo a casa habitación, a transeúnte y a negocio presentan una tendencia común: en enero del año siguiente se incrementa las denuncias hechas en más de 50 por ciento, será acaso que mientras festejamos, nos abrazamos y hasta nos descuidamos la delincuencia nos acecha, valdría la pena reflexionarlo.
Divertirnos de más también tiene consecuencias y estos mismos datos así lo revelan. Contrario al comportamiento delictivo arriba señalado el homicidio culposo o negligente, aquel que causa la muerte de una persona por imprudencia sin que el autor haya tenido la intención de provocar la muerte, tiene un comportamiento al alza de noviembre a diciembre, tan solo en las fiestas decembrinas pasadas se reportaron 98 CDI, la más alta respecto a los tres años anteriores.
En el Consejo Ciudadano nos ocupa ofrecer información para generar conciencia sobre la importancia de la prevención y así evitar ser víctima de la delincuencia. También trabajamos fomentando la cultura de la denuncia con el objetivo de contrarrestar la cantidad de delitos no denunciados, que asciende a 91 de cada 100, y así conocer la cifra real de los hechos perpetrados por el crimen.
Parecería que la delincuencia también toma su descanso en lo últimos meses del año y enfrenta la cuesta de enero regresando a sus perjuiciosas actividades. Nos resta tomar conciencia de ello y poner mayor atención al comportamiento personal y familiar durante estas fechas para disfrutarlas lo más posible considerando que todo exceso es malo. La reconstrucción de nuestras comunidades precisamente se da en ambientes de sana convivencia. Arranquemos a quienes nos acechan la oportunidad que tanto esperan.