La fragilidad del amor es un florero sueco
Mujeres O-diosas / Estefanía Ruanova
…Y entonces nos damos cuenta en un abrir y cerrar de ojos que el amor es así, un frágil momento en donde todo puede pasar con tan solo un movimiento simple.
Pero, ¿qué sucede con el corazón?
¿Es fácil dejar ir algo que siempre deseaste?
¿Realmente así es el amor?
Preguntas, preguntas y más preguntas que se van incrementando, ¿y las respuestas?, bueno, estas se vuelven cada vez más escasas o solo difíciles de explicar.
Existen varios mitos acerca del amor:
1. Sólo se encuentra el verdadero amor una vez en la vida.
2. Todos tenemos un «alma gemela».
3. Cada persona tiene un hilo rojo amarrado al meñique que lo une a su otra
mitad.
Etcétera.
Mitos que han pasado de generación en generación, pero que hoy en día no sabemos si
esto es cierto o solo se convierte en eso, un «mito más». Mitos que no sólo generan una gran
controversia, sino que tras la muerte de ese amor el valor de ese sentimiento
se vuelve cada vez más escaso.
El amor en nuestros tiempos es más bien como un pequeño florero sueco, sí, ese
tipo de florero de fino cristal cortado, de edición limitada y tan
perfectamente frágil, que cada centavo invertido ha valido la pena.
Este nos puede llevar a tener los mejores momentos y recuerdos, o los peores y
más vulnerables, todo depende de cómo actuemos y de qué tanto estemos
dispuestos hacer para que esta pequeña «inversión» valga la pena.
Cuando una persona se enamora se vuelve tan fuerte y débil a la vez, y es
lógico, pues está entregando algo que jamás será posible recuperar. Tiempo y
amor.
Ese
tiempo que estamos dispuesto a invertir en una persona que hoy en día no
sabemos hasta donde nos va a corresponder y que tanto nos va amar y a
entregarse como uno lo hace, pero sobre todo a valorar y amar, que bueno, en
estos tiempos recibirlos es algo difícil porque cada día viene con más
restricciones o limitaciones.
El amor es fácil de dar, pero difícil de entender.
No viene con instrucciones a seguir, para entonces así poder exprimir lo mejor
de él.
Y, ¿por qué no? Si somos clientes diversos, exigentes a nuestra manera y muy
especiales.
Debemos entender que el amor no es restricción, pero sí una modificación en
nuestros actos, por ejemplo, no vas a dejar de lavar ese florero costoso, pero
si vas aplicar técnicas especiales y diferentes, porque este así lo amerita.
Lo mismo sucede con el amor: no es que cambies por completo y elimines
personas, cosas y situaciones de tu vida, pero si modificas ciertas situaciones
que sabes, te generarán mayores y mejores beneficios.
Al final el amor es ese pequeño florero sueco que no es capaz de ser remplazado,
solo debes de tener la capacidad para entender que es diferente a todos los
demás floreros y que por ende, merece una atención especial.
“El amor verdadero nace de los tiempos
difíciles.”-John Green.