domingo, noviembre 3 2024

Por: Mario Alberto Mejía

“No era impoluto, era poluto”.

Con esa frase brutal, Miguel Barbosa Huerta, candidato de Juntos Haremos Historia, definió a Enrique Cárdenas Sánchez, abanderado del PAN, en una contienda en la que éste se va manchando más cada día que pasa.

Entró limpio, sí, y su traje que era blanco hoy está ennegrecido por el lodo que su pasado reciente exhibe cotidianamente.

A cada paso que da, Cárdenas muestra enojo, flaqueza, debilidad, incertidumbre.

El candidato que se autodenominaba honesto y decente ya no sabe para dónde hacerse.

El baúl de las irregularidades es despiadado y muestra todos los días su verdadero rostro.

¿Qué ganará cuando quede en segundo lugar de la contienda?

Una fama sucia y gastada.

Poluta.

Muy poluta.

¿Cómo lo recibirán sus amigos intelectuales cuando vuelva a la academia?

Mal y de malas.

La oveja blanca era en realidad la oveja más negra de la comarca.

Nada hay que hacer.

Es lo que hay, chintoles.

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Noticias del Poluto

El reportaje publicado este martes por El Universal, a partir de la denuncia interpuesta en la Fiscalía General de la República por un académico, dejó en claro que Enrique Cárdenas defraudó al fisco durante años y se enriqueció a través de una asociación civil sin fines de lucro

Y más:

Tuvo ingresos superiores a los 24 millones de pesos en 8 años y manejó sin rendir cuentas cerca de 285 millones en efectivo durante 11 años.

Sus ingresos mensuales superaron ampliamente los de AMLO y Peña Nieto.

Por si fuera poco, abusó de una figura con destino social y en 3 años pudo haber recurrido a un esquema ilegal para cobrar salarios.

Todo esto aparece en el Sistema de Consulta de Información de Transparencia de Donatarias Autorizadas del Sistema de Administración Tributaria (SAT).

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La Respuesta de Cárdenas

El creador de la guerra sucia contra Miguel Barbosa ahora se llama víctima de algo similar.

¿Quién le puede creer si sus nexos con el gobernador Enrique Alfaro quedaron exhibidos?

En un tuit, Cárdenas quiso defenderse y escribió estas líneas:

“En consecuencia al Centro de Estudios Espinosa Yglesias se le aplicó una auditoría del SAT que está por concluir y que ha confirmado que no hay irregularidades en mi periodo como director ejecutivo”.

La duda mata:

Si la auditoría está por concluir significa que no ha terminado.

Y si no ha terminado, ¿cómo es que ha “confirmado que no hay irregularidades”?

Todo mundo sabe que los resultados se dan hasta que concluye una auditoría.

No antes.

Nueva mentira para nonatos.

¡Chintolas!

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