jueves, noviembre 21 2024

Por: Mario Alberto Mejía

Enrique Cárdenas Sánchez habla mucho de decencia y de moral, y de buenas costumbres.

Sobre todo de decencia.

(Igual que los caballeros españoles que tomaban la hostia al salir del burdel).

Quién puede imaginarlo a él, con su corbatita de nudo Windsor, tomando dinero de la caja registradora o lanzando guerras sucias en contra de Miguel Barbosa Huerta.

Del primer tema hablé en mi más reciente columna.

Del segundo, hablaré ahora.

El periodista Arturo Luna Silva reveló hace unas horas la trama que une al candidato del PAN-PRD-MC con el candidato de Juntos Haremos Historia.

O del lodo que el primero gusta lanzar sobre el segundo por cortesía de un gobernador: Enrique Alfaro.

Vea el hipócrita lector lo que escribió el autor de Garganta Profunda:

“Ya lo adelantó el propio candidato de Juntos Haremos Historia el pasado martes 2 de abril, durante una entrevista con Claudia Guerrero del periódico Reforma. Dijo Miguel Barbosa:

‘Sé que las empresas que la están haciendo (la guerra sucia), vienen patrocinadas del estado de Jalisco. No tienen moral. Yo le pido al candidato del PAN que asuma que debe de corregir esa parte, porque no puede presentarse como alguien ajeno, cuando conoce todo lo que está pasando’.

“Barbosa se refiere a los duros ataques que ha recibido en los últimos días a través de redes sociales (muy pasados de tono) y a las empresas (particularmente La Covacha Gabinete de Comunicación S.A. de C.V.) que el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, puso a las órdenes de Enrique Cárdenas -habrá que ver si a cuenta del erario-“.

Hasta aquí la larga pero necesaria cita.

Los señores decentes fornican a escondidas de sus esposas con “meretrices” —así las llaman ellos— y luego esperan el domingo para confesarse, tragar la hostia y rezar algunos padresnuestros.

Es el caso de Enrique Cárdenas.

Con su nudo Windsor va por la calle sin gente diciendo que es bien nacido y que su fortuna y sus buenas maneras son transparentes.

Recordé inevitablemente cuando el escritor Pedro Ángel Palou ocupó la Rectoría de la UDLA-Puebla y fue injuriado por los esbirros de Cárdenas desde el anonimato, al grado de que la Fundación Jenkins se planteó proceder legalmente en contra del come hostias.

En ese tiempo, negó cualquier guerra sucia.

Lo mismo hace hoy.

Es su naturaleza.

La naturaleza de los caballeros decentes que van a los burdeles y luego salen corriendo a tragar hostias, y hasta presentan sus inexplicables 3 de 3.

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El Nuevo Fraude de Valente Medina

Todo mundo sabe en Puebla quién es Valente Medina.

En su haber están acumuladas 2 mil 500 denuncias por algo así como 300 millones pesos.

Desde la impunidad, nuestro personaje sigue defraudando gente con la ayuda de sus cancerberos.

Uno de ellos, tan conocido como su patrón, es Alfonso Colunga.

El nuevo fraude —sumado a las centenas de fraudes— toca a un importante empresario radiofónico: Antonio Grajales Salas.

Resulta que don Toño le compró un terreno en Atlixco a Poncho Ávila hace algún tiempo.

Apenas empezaba a soplar el viento en los árboles del mismo cuando Colunga empezó a hacer lo que le enseñó Medina.

Hoy por hoy, pretende despojar al señor Grajales de lo que compró con pesos y centavos.

La historia es más larga.

Esto apenas es un modesto trascendido.

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