domingo, diciembre 22 2024

Por: Mario Alberto Mejía

Lugar: Oxxo de La Calera.

Día: Lunes 29 de abril de 2019.

Hora: alrededor de las cinco de la tarde.

Una señora guapa estaba haciendo fila para pagar, cuando, de pronto, sin que viniera al caso, un tipo de camisa azul de cuadros le tocó el hombro y le dijo:

—¿Me permite?

 —¿Le permito qué? —preguntó ella.

El cincuentón acotó: “Me permite pagarle lo que va a llevar”.

—Nadie le está pidiendo que pague — aclaró.

—Ya empezamos mal. ¿Es usted casada o soltera? —arremetió con la confianza de tener escoltas al lado.

—¡Casada! ¡Y deje de molestar! —estalló nerviosa.

 —Lástima. Es usted muy bonita y ojalá pronto nos podamos volver a ver por acá —asentó sonriente.

La señora vio cómo, minutos después, el impertinente subió —siempre sonriendo— a una camioneta Durango de color negro.

Detrás suyo salieron disparados varios escoltas en una Suburban negra.

Algo en su memoria le decía que sabía quién era el tipo.

Cuando llegó a su casa, se metió a Google y apareció la identidad.

—¡Ya lo decía yo! — se dijo.

Supo en ese momento que era uno de los prófugos por el caso Lydia Cacho.

Uno de los más importantes.

También se preguntó:

“¿Qué anda haciendo en La Calera?”.

Tenía razón.

Y es que  hay muchas cosas muy extrañas.

Una: la alerta migratoria no se encendió cuando tenía que hacerlo.

De hecho: al cierre de esta columna todavía no está encendida.

Dos: la Interpol no ha generado el botón rojo.

Tres: la Fiscalía General de la República ni siquiera ha pedido la colaboración de sus pares en los estados para cercar a los prófugos por el delito de tortura.

Ahora queda clara la conducta del Casanova del Oxxo de La Calera.

Ufff.

.

.

David y la Nave de los Sueños 

David Villanueva Lomelí fue un brillante titular de la Auditoria Superior del Estado de Puebla.

Varios años enfrentó distintos desvaríos.

Soportó la lluvia con una mesura envidiable.

Siempre —faltaba más— confiado en su trabajo y en el de sus subordinados.

Este martes, por mayoría de los diputados federales que conforman la actual legislatura en San Lázaro, fue nombrado titular de la Unidad de Evaluación y Control de la Comisión de Vigilancia.

Será en pocas palabras el auditor del auditor.

O, para decirlo brevemente, el diputado federal 501.

El legendario Porfirio Muñoz Ledo mencionó su nombre y su nuevo cargo.

Quienes queremos y reconocemos desde hace décadas a David sólo tenemos una palabra: felicidades.

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