Por Mario Alberto Mejía
Dulce María Silva es una mujer explosiva.
En el contexto de sus conflictos con los verdaderos dueños del predio que reclama como suyo —y que peleaban también los Tiro Moranchel—, no dudaba en irse a gritos y manotazos en cualquier lugar público.
Sus arranques sólo eran superados por una amenaza siciliana: “¡No sabes con quién te metes! ¡Detrás de mí está Andrés Manuel (López Obrador)!”.
La esposa de César Yañez generó tanta (mala) fama que los poblanos que la trataron (y conocieron) optaban por evitarla.
Y aunque su propio esposo cayó en desgracia por la boda fifí que protagonizaron, la señora Yañez sigue dando de qué hablar en la Puebla levítica.
Tras sacar de prisión a una amiga suya ligada a una trama fraudulenta, Dulce María es dueña de un nuevo escándalo ligado a un honorable ciudadano alemán: Heinz Joachim Paul Schneider Elsner.
Un escrito hecho llegar al quintacolumnista refiere que “en 2017, a la muerte del padre (el señor Lizarralde), las hermanas Nerea y Elizabeth Lizarralde Badiola desconocen al señor Heinz Joachim Paul Schneider Elsner como co-propietario de cientos de hectáreas en los terrenos denominados ‘Cola de Lagarto’, para uso de desarrollos turísticos-inmobiliarios, ubicados en Atlixco (terrenos sumamente deseados por el entonces gobernador Moreno Valle y Javier Lozano Alarcón).
“El 20 de octubre del mismo año, Schneider, de origen alemán, es detenido arbitrariamente por la Fiscalía General del Estado, lo que convirtió a Schneider en un preso político dentro de un distrito judicial (Huejotzingo) incompetente (los supuestos hechos delictivos fueron en Atlixco).
“El 22 de octubre (dos días después de su detención), Schneider es puesto en libertad e inmediatamente es remitido al hospital tras haber sufrido un infarto.
“El día de hoy esta trama vuelve a dar un giro e involucra a más personas:
“La juez Olga Margot Cortés León (de Huejotzingo), por conducto de personal del juzgado a su cargo, hace una llamada telefónica a familiares de Schneider a sabiendas de su gravedad coronaria, amenazando que debe incorporarse al centro penitenciario de Huejotzingo en un plazo de 5 días, de lo contrario librará orden de aprehensión en su contra.
“Lo anterior generó pánico, temor (fundado) y ansiedad en la persona del septuagenario Schneider, quien al parecer se encuentra hospitalizado por los problemas cardiovasculares que viene padeciendo de hace años.
“Ahora el caso es aún más turbio, ya que de manera camaleónica Víctor Carrancá y José Carlos Proal, (que en su papel de Procurador y Subprocurador fueron quienes en 2017 armaron la averiguación) son los abogados de las hermanas Lizarralde Badiola (en Puebla) es decir, son la contraparte de Pedro López Palacios, abogado de Schneider.
“Por último, hay una tercera persona involucrada en esta trama de influyentismo: Dulce María Silva Hernández, esposa de César Yañez, pues vuelve a aparecer ahora para presionar a la juez Olga Margot Cortés para que Schneider sea aprehendido.
“Ironías de la vida (del odio al amor hay un paso), ya que quienes fue sus verdugos en el pasado –Carrancá y Proal– hoy son sus aliados.
“El día de ayer (11 de julio), José Carlos Proal Díez de Urdanivia, asistió personalmente al juzgado para litigar el asunto de las Lizarralde Badiola, siendo sorprendido por un grupo de reporteros que llegaron al recinto oficial; horas mas tarde la prensa tuvo contacto con Proal, y se negó a dar entrevistas a los que estaban esperando respuesta por sus acciones, sin embargo, no negó ser abogado de las hermanas Lizarralde Badiola, y dijo ser un ciudadano libre para ejercer su profesión”.
Ufff.
Dulce María Silva sigue moviéndose en Puebla como si fuera la misma mujer influyente de un funcionario influyente.
Alguien que le avise que todos sus movimientos generan enojo y molestia (por no decir irritación) en Palacio Nacional.
¿Hasta dónde llegará esta #LadyInfluencia?
