Por: Mario Alberto Mejía
Miguel Barbosa Huerta no engañó a nadie con la conformación de su Gabinete.
Prometió caras nuevas y cumplió.
Prometió posiciones para la izquierda y lo hizo.
Un caso:
El abogado Abelardo Cuéllar —quien tiene una auténtica mina de oro con los litigios laborales que lleva— siempre ha sido un hombre de izquierda.
¿Qué lo une con el gobernador electo?
Sólo eso.
No son amigos ni algo parecido.
Pero Barbosa Huerta siempre lo ha respetado.
Eso bastó para incluirlo.
En otras épocas, para ingresar al gabinete bastaba la amistad.
O la recomendación.
O las cuotas.
El gobernador electo acaba de enseñarnos de qué está hecho.
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Había una Vez un Par
A lo largo de la reciente campaña electoral, las ingenuidades de Enrique Cárdenas y Gabriel Hinojosa fueron sublimes.
Una de ellas fue desviar los votos a Movimiento Ciudadano para hacerle ver al PAN que no lo necesitaban.
La estrategia fue tan mala que Movimiento Ciudadano quedó en último lugar en la votación por partidos políticos.
Y al final ocurrió lo que quisieron evitar: que el PAN quedará en primer lugar.
Al ver el fracaso, Cárdenas e Hinojosa cambiaron de tema.
Fue entonces cuando Hinojosa le dijo a Cárdenas que saliera a decir que los votos panistas él los había obtenido por sus propios méritos.
Nadie le creyó.
Menos los panistas, quienes no lo bajan de haber sido un pésimo candidato.
SUMAMOS en Puebla terminó siendo RESTAMOS.
Nota Bene: Una vez concluida la elección, empezaron los arrebatos en Acción Nacional.
De entrada, el grupo de Genoveva Huerta organizó un desayuno para quedarse con lo que queda del partido.
Y, faltaba más, no invitaron a Ana Teresa Aranda ni a Humberto Aguilar Coronado.
Menos aún a los Rivera, a los Micalco y a los Mondragón.
La disputa por el partido será de antología.