sábado, noviembre 23 2024

La Quinta Columna 
Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam 

Lo que han venido construyendo Olga Sánchez Cordero y Zoé Robledo —secretaria y subsecretario de Gobernación federal, respectivamente—, de un manotazo lo ha empezado a destruir Yeidckol Citlali Polevnsky, dirigente nacional de Morena.

Después del siniestro en el que perdieron la vida la gobernadora Martha Érika Alonso, el senador Rafael Moreno Valle y tres personas más, las redes sociales apuntaron a Morena y a personajes ligados a ese partido como los beneficiarios del “magnicidio”, como lo denominó en un lapsus el propio Miguel Barbosa, candidato sempiterno a la gubernatura.

Polevnsky pasó de ofender en lo personal a la gobernadora de Puebla —en un mitin de triste memoria— a guardar un ominoso silencio en sus redes sociales, pues tuvieron que pasar varios días para que diera un pésame lacónico a los familiares de las víctimas del citado siniestro.

Luego, en las últimas horas de 2018, Yeidckol Citlali sintió que era hora de hacer un “llamado de Dios” —eso significa Yeidckol en polaco— y enrareció el ya de por sí enrarecido ambiente al destapar de nuevo a Barbosa como candidato a la gubernatura y a dejar en claro que el Congreso con mayoría de Morena elegirá como gobernador interino a uno de los suyos.

Cualquiera que la haya escuchado seguramente detectó una buena dosis de odio y no un “llamado de Dios”.

¿O será  que su español-polaco contribuyó a la confusión?

Las declaraciones, pues, de la dirigente nacional de Morena acaban de contaminar lo que el presidente López Obrador quería descontaminar: la idea de que el “magnicidio” —Barbosa dixit— beneficiaba a Morena.

Articulistas y columnistas nacionales, ligados a AMLO, han reconocido que sería un grave error de Morena imponer gobernador interino, pues sospechas de todo tipo recaerían sobre ellos.

Felicidades: Yeidckol Citlali acaba de lograrlo con sus tambores de guerra.

¿De qué tipo de desorden mental sacó Yeidckol Citlali sus furiosas palabras?

Nadie lo sabe.

Quizás habría que hacerle caso al viejo Freud, cuando dijo que todo lo que hiciéramos de adultos habría que buscarlo en los basureros de la infancia.

El diario Reforma publicó hace algunos años —luego de que en marzo de 2005 la propia Yeidckol confesara que su nombre es más mexicano que el jarabe tapatío—, una historia delirante sobre nuestro personaje.

Algo es seguro: después de leerla, la entenderemos mejor a ella.

Vea el hipócrita lector:

“Yeidckol Polevnsky tiene tres identidades, dos edades y tres abuelos, según distintas actas de nacimiento en poder de REFORMA.

“Es Citlali del Carmen Ibáñez Camacho, nacida a las tres de la tarde del 25 de enero de 1958. Su padre es Cuitláhuac Ibáñez y su madre Guillermina Camacho, y su abuelo se llamaba Maximino Camacho, como consta en el acta emitida por el juez Agapito González el 3 de junio de ese año. Dicha acta se encuentra en el libro 9, foja 363, disponible en el Registro Civil del gobierno del Distrito Federal.

“También es Citlali Ibáñez Ávila, nacida en la misma fecha pero a las ocho de la noche y su abuelo se llamaba Maximino Ávila Camacho. Así se establece en el acta expedida en octubre de 1962, por Benigno Jiménez, del juzgado décimo, disponible en el libro 23, foja 208.

“Una tercera acta, emitida el 19 de abril de 1963 ante el juez décimo de registro civil, Manuel Andrés Pérez, registra a Citlali Ibáñez Ávila, pero el nombre de su abuelo es Maximino Ávila.

“En estos dos últimos registros su padre es Cuitláhuac Ibáñez y su madre Guillermina Ávila.

“Desde adolescente tiene la identidad de Yeidckol Polevnsky Gurwitz, nacida el 25 de enero aunque de 1964, según consta en su credencial para votar domiciliada en Lomas de Tecamachalco, Naucalpan, con la clave de elector POGRYD64012552M300.

“Además, se comprobó que el predial y el servicio de agua de su casa también están registrados bajo el nombre de Yeidckol en ese Ayuntamiento, mismo nombre que usa para el contrato de recibo telefónico.

“Las Citlalis nacieron en el Hospital Santa Elena, en la Colonia Roma de la Ciudad de México. Yeidckol, en cambio, nació en Mexicali, Baja California.

“Citlali es hija de padres mexicanos, conforme los documentos oficiales. Yeidkcol es de ascendencia polaca.

“Ella fue la única de los cinco hermanos que decidió cambiar su identidad; sus hermanas se llaman Xóchitl, Yolótl y Tonantzin, y un varón de nombre Larry.

“(…) Sobre el cambio de nombre de Citlali a Yeidckol no hay datos públicos y oficiales. Especialistas en Derecho familiar coinciden que los apellidos sólo se pueden modificar cuando una persona es adoptada.

“Entrevistada sobre el tema, la abanderada perredista (era candidata a la gubernatura del Estado de México)  no quiso afirmar, ni negar, la información sobre su triple identidad, y sólo se limitó a decir que en su momento dará una conferencia donde aclarará todo.

“‘He decidido no hablar sobre el tema y lo voy a respetar. No sé cuándo porque estoy tratando de averiguar de dónde vienen los ataques tan bajos a mi persona, no sé si es porque piensen que por ser mujer me voy a quedar con los brazos cruzados. Voy a salir a aclarar todo, pero a su debido tiempo’, sostuvo Polevnsky.

“(…) El cambio radical en su vida vino años después, con el divorcio de sus padres.

“Interpretan esa separación como ‘una experiencia muy dura’ que la llevó a renunciar a su identidad y adoptar una totalmente diferente.

“Su vinculación con la comunidad judía de Tecamachalco, en donde vive desde hace varios años, la llevó a pensar en nombres con descendencia polaca; incluso, entre sus conocidos afirman que los apellidos los tomó por la relación que tuvo con un novio de ese círculo”.

Ufff.

El periódico Publimetro y el semanario Proceso aportaron otros datos:

“(Yeidckol) aseguró que a los 12 años quedó embarazada y su madre optó por cambiarle el nombre, pues la presión social fue muy fuerte sobre la menor. Comentó que tiene tres actas de nacimiento distintas por el evento ‘dramático’. Como menor de edad, dijo, tuvo a dos hijos: Larry y Cherly, quienes no ostentan los apellidos de la  política”.

Finalmente, Adrián rueda, autor de la columna Capital Político, publicada en Excélsior, narró algunos aspectos poco conocidos en la biografía política de Yeidckol Citlali:

“Hace justamente un año se le vio no sólo en la fiesta de cumpleaños de Diego Fernández de Cevallos en su rancho de Querétaro, sino intercambiando brindis en una mesa con Raúl Salinas de Gortari, hermano del jefe de La Mafia en el Poder.

“Las fotografías se hicieron públicas e incluso hubo una transmisión por Periscope a cargo de Xóchitl Gálvez, actual jefa delegacional en Miguel Hidalgo, donde aparecían también personajes como Carlos Salinas, Felipe Calderón, Carlos Slim y hasta clérigos.

“Era nada menos que Yeidckol Polevnsky Gurwitz, segunda de a bordo en la dirigencia nacional de Morena.

“La información fue pública y la foto de ella en solitario con Raúl Salinas, con vasos de whisky de por medio, circuló en las redes sociales, pero Andrés Manuel López Obrador jamás pidió una explicación pública y menos condenó el acto.

“(…) l chiste es que esta mujer, lejos de ser castigada, es a la que El Peje ha puesto casi como la tutora de su hijo Andrés Manuel López Beltrán, conocido en el bajo mundo de la grilla como Andy.

“(…) Se le recuerda, entre otras cosas, por haber sido candidata a gobernadora por el Estado de México en 2005 y tiene la anécdota de que antes de esas elecciones su equipo de prensa presentó en un programa de televisión imágenes de supuestos ovnis.

“Dijeron que tanto la candidata como ellos pensaban que podría tratarse de buenas vibraciones para que les favoreciera en las elecciones. Quedó muy atrás del priista Enrique Peña Nieto, quien la derrotó 2 a 1, aunque un año después fue senadora.

“Y ahí se le recuerda por votar en contra de una iniciativa para aumentar el impuesto a los cigarrillos que, obviamente, afectaba los ingresos de las tabacaleras British American Tobacco y Philip Morris.

“Casualmente, en la tabacalera inglesa, su hija, Shirley Almaguer Camacho, fungía como gerente de Comunicación Externa, lo cual representaba un conflicto de interés para la senadora, que debió abstenerse de votar.

“Ésa es Yeidckol Polevnsky, la segunda de a bordo en Morena, que se encarga —según ella— de transmitir instrucciones a nombre de López Obrador.”

El viejo Freud sigue teniendo razón:

Infancia, ufff, es destino.

Nota Bene: Después del horroroso 2018, nos merecemos un año generoso y brutal.

Así sea.

Un abrazo al hipócrita lector desde este espacio.

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