lunes, diciembre 23 2024

Sólo para Abogados
Por Carlos Meza Viveros

El tiempo descubre la verdad (Veritatem dies apelit).
Séneca Aneo. (3a.C.- 65 d.C.) Filósofo latino.

Siempre va más alto el que camina sin remordimientos y sin manchas.

Ignacio Manuel Altamirano (1834-1893). Escritor mexicano.

En las pasadas semanas y a partir de la llegada de Emilio Lozoya a nuestro país, me he dado a la tarea de hurgar en los portales electrónicos, específicamente en You Tube, Google, los temas relacionados con el grosero “Pacto por México” y la infame reforma energética que trajo como consecuencia la acción privatizadora como un acto de la más alta traición a los intereses nacionales para favorecer a las empresas extranjeras vía nuestras áreas estratégicas (el gas, la energía eléctrica y el petróleo). La reforma de marras pasará a los anales de la historia como uno de los grandes autogolpes de estado que materializaran serviles diputados y senadores al Congreso de la Unión en la pasada legislatura, en donde senadores y diputados poblanos como Blanca Alcalá, Lucero Saldaña, y el desafecto nacional Javier Lozano Alarcón, votaran en favor de la entrega de nuestros intereses a las voraces transnacionales.

Me siento orgulloso de haber participado de manera permanente con el entonces senador, hoy Director de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett Díaz, a guisa de comentario, el mejor gobernante en la historia de nuestro Estado, en el trámite y substanciación que junto con mi amigo el Doctor Jaime Cárdenas, llevamos hasta la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, teniendo como adversarios nada más ni nada menos que a la mafia del poder, encabezada por EPN y sus vasallos, entre los que destacan Ricardo Anaya, Gustavo Madero, Luis María Calderón Hinojosa, Roberto Gil Zuarth, Manlio Fabio Beltrones, Emilio Gamboa, David Penchina, Omar Fayad, Ernesto Cordero, Manuel Cavazos Lerma, Chon Orihuela, Romero Deschamps, Yunes Landa, Javier López Zavala, y una lista interminable de bufones y teleñecos del entonces Presidente de la República.

Vi con rabia y estupor en You Tube la exhortación por parte de Ricardo Anaya para que los diputados personeros del mal votaran por el sí a la reforma de los artículos 25, 27 y 28 de la CPEUM, video que recomiendo observar a detalle para percatarse del cinismo y del orgullo de quienes fueron artífices de una de las más grandes traiciones de que se tenga memoria al pueblo de México y que alcanza los niveles de los deleznables actos de la entrega de nuestro territorio nacional a los Estados Unidos por parte de su “alteza serenísima, Santa Ana”, quien a la postre se hizo llamar el “defensor de la patria”, nada más ofensivo que esto.

Volviendo al tema de Emilio Lozoya, quien operó las dádivas y moches a estos traidores de México, hoy toma relevancia el dicho popular que reza: “al que obra mal…” Recomiendo también ver las intervenciones en el senado de Manuel Bartlett Díaz que con la sabiduría de un estadista anunció en plan pitoniso que la aprobación a la reforma no solo era inconstitucional, representaba una de las más altas traiciones a nuestro país, y sin embargo, las reprobables acciones de estos filibusteros legisladores prianistas les pasaría factura. ¿Cuántos de aquellos que votaron por la ominosa reforma energética no estarán temblando por haber vendido sus conciencias y la de millones de mexicanos por un plato de lentejas?, ¿cuántos, aparte de los ya nombrados no saldrán pringados cuando el ex director de Pemex revele el tamaño y la medida de la compra de sus conciencias?, entonces, el título de esta entrega viene al pelo ahora que todo está por desvelarse. Manuel Bartlett en una de sus intervenciones https://www.youtube.com/watch?v=O7ROdoy-w0k&t=56s se dolió de la manera tan desaseada y oprobiosa en la que se consumó la traición por parte del PRIAN movidos por estrategias ruines dictadas desde el Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Mundial y la OCDE, en donde las manos del Tío Sam movían los hilos de un experto titiritero para que estos traidores a la patria levantaran el dedo para satisfacer los espurios intereses de quienes a la postre serían beneficiados con la privatización de nuestras áreas estratégicas. También recomiendo echar un vistazo a las conferencias de prensa que por supuesto nunca trascendieron ni en Televisión, ni en los medios nacionales y estatales, dada la dictadura mediática y el sometimiento de todos los medios a la mafia del poder. El espacio que me concede esta, mi casa editorial, es insuficiente para describir la lucha pertinaz en tribunales de justicia mediante el amparo en el que tuve la fortuna de acompañar a los senadores Layda Sansores y David Monreal, encabezados por el hoy Director de la CFE. No cabe duda que los reproches y razones mil que el entonces senador Bartlett expresaba en los pocos minutos que le concedían en la tribuna del senado hoy cobran vigencia y estoy cierto que quienes se ocupen de escucharlo le darán la razón.

En este negro capítulo de la historia no faltó la lucha permanente de AMLO a quien sus detractores, en un 90% ignorantes y chorros no hacen más que descalificarlas, incluyendo a los “intelectuales” y a perversos pseudo periodistas como Carlos Loret de Mola, cuya estirpe no es nada de lo que pueda enorgullecerse. Todo lo contrario.

Para finalizar les comento que he iniciado un trabajo que detalla con las constancias procesales que a instancia de mi amigo, mentor y hermano mayor, Manuel Bartlett, tuve la fortuna de tramitar primero junto con el constitucionalista Jaime Cárdenas quien elaboró el amparo inicial admitido por el probo y brillante Juez de Distrito Fernando Silva García, quien en un impecable auto admisorio fundó y motivó las razones por las cuales daba trámite a la impetración del amparo promovido por los senadores y litigado a la limón por mi amigo Jaime y el que esto escribe, así como para dar cuenta de los innumerables recursos de queja que hicimos valer ante los Tribunales Colegiados del Primer Circuito en el entonces Distrito Federal, hoy Ciudad de México, para convertirlo en un libro cuya editora está pendiente para su próxima publicación. De igual manera me he dedicado a recabar uno a uno los amparos promovidos por Manuel Bartlett Díaz y litigados mi parte contra los esperpentos de leyes secundarias emanados de la reforma constitucional que en su momento avalara el grupúsculo de negros personajes que participaron en “Pacto por México” y que espero vea la luz en cada caso de las iniciativas, aprobación, promulgación, e iniciación de la vigencia de estos infames atropellos por parte de los prianistas anidados en el Congreso de la Unión, y a quienes les espera de cierto largas noches de insomnio al ser evidenciados como partícipes de la traición más grande a este  nuestro país en por lo menos dos siglos. Nuevamente el sinuoso camino por el que transitamos en los amparos referidos fue una lucha insoportable contra la mafia del poder y magistrados y ministros de la Corte a quienes una y otra vez solicitamos la atracción del asunto para que fuera el Pleno de nuestro Máximo Tribunal quien resolviera el procedimiento de cara a la Nación por revestir un asunto de trascendencia nacional. Nuestras instancias siempre fueron rechazadas, es por ello que recomiendo echar un vistazo a las participaciones del entonces senador Bartlett Díaz como artífice intelectual de esta lucha en la que tuve la fortuna de participar en defensa de los intereses de este país que ha sufrido las más grandes pesadillas en los gobiernos prianistas a partir de Ernesto Zedillo Ponce de León y sus tecnócratas equiperos, fieles vasallos de espurios intereses extranjeros que movían los hilos del desarrollo nacional de México.

La pesadilla ha terminado y aunque a muchos les pese, con AMLO la restauración de nuestras instituciones está en marcha. Lo digo sin acritud, ¡pero lo digo!

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