domingo, diciembre 22 2024

por Carlos Meza Viveros

Como muchas otras veces (casi en todas), encuentro desafortunada y tendenciosa la columna de Rodolfo Ruiz: ese proto-periodista quien, al igual que otros tantos adictos al chayote, utilizan la página en blanco o sus cámaras web como método infalible para el golpeteo y la descalificación por encomienda, sin embargo, su última entrega titulada “Los Riestra de la 4T”, merece ser analizada tal cual es: un monumento a la infamia, la estulticia y la desinformación, pues sin pudor alguno –y con el veneno propio de una taipán– compara a una familia digna, trabajadora y guerrera, con una familia de advenedizos que nada tenían que hacer en el devenir político poblano por su incompetencia, pero que con el paso del tiempo –y como expertos en la práctica de la genuflexión compulsiva– ocuparon cargos de suma importancia bajo el respaldo del extinto Moreno Valle. Rodolfo (a quien llegue a considerar “amigo”) con su consabida mala redacción y el mal prestigio que le precede, despliega una serie de infundios contra David Méndez Márquez y su familia; habla de doña Rosa Márquez con la ligereza clásica del mindundi que desconoce la historia de su pueblo, y se atreve a afirmar de paso, que tanto la esposa como la hermana de David Méndez están en el equipo de Luis Miguel Barbosa por una suerte de influyentismo, cuando la realidad es completamente distinta. Para poder descalificar algo o a alguien es preciso estar informados, cosa que Ruiz no ha hecho ni en esta ni en otras ocasiones… Imagínese usted a la golpeadora del diccionario Xitlalic Ceja, al tal “De la Llata” (sedicente asesor del CISEN) y como su garganta profunda al mismísimo “Chico Márquez” y otros petrimetres del mismo nivel como principales fuentes de sus notas . En primer lugar, si el dueño de E-consulta se anima a garabatear textos que versen sobre la familia de doña Rosa Márquez, es preciso que abandone sus prácticas de aspirante a googlero ilustrado y se vaya a dar una vuelta por el archivo de la hemeroteca, ya que doña Rosa Márquez es una de las piezas clave, un personaje toral en la historia de la izquierda poblana junto Jorge Méndez, su esposo; a quienes nadie puede regatearles su fidelidad ideológica y su intenso trabajo social, destacados por luchar desde sus trincheras contra la corrupción; ambos han tendido puentes entre grupos tanto de políticos como de activistas. Ruiz quien apuesta como su gallo para la Presidencia del TSJ al corrupto y sicalíptico MIRANDA GUERRA, (imagínense el tamaño de su información, Magistrado desafecto por propios y extraños), intenta asestar golpes bajos al equipo de Barbosa mediante un desplegado de calumnias sin parangón, comparando a la familia Méndez Márquez con los Riestra. ¡En qué cabeza cabe! Claro; en la cabeza de quien no ha hecho otra cosa que alinearse a los intereses de sus respectivos patrones en turno. Decir que los Méndez-Márquez son los “nuevos Riestra de la 4T”, es equiparable a confundir las churras con las merinas. Para quien no sepa qué significa esto, explicaré brevemente que en el reino animal existen dos clases 0de ovejas: las que dan lana y las de ordeña. En este caso, ambas familias caprinas cumplen con el papel que natura les otorgó para que la cadena alimentaria no colapse, lo que significa que ambas (churras y merinas) son necesarias para mantener un orden en el equilibrio del ecosistema, no así la familia Riestra, que con tan mala sangre ha sido comparada por Ruiz con los Méndez- Márquez. Los Riestra irrumpieron en el escenario político local por una suerte de conejo en chistera, es decir, mediante artes de prestidigitación de un truquero. Y así, como conejos de laboratorio, fueron saltando de pista en pista, defecando en las alfombras, situaciones inexplicables dadas sus limitaciones intelectuales, ya que entre todos se peleaban el sitio de honor para ver quién era más mediocre. Los Riestra Piña: cónyuges, parientes y amigos cercanos, fueron premiados con varias secretarías e hicieron de éstas un desastre (bussines también) para luego irse locos de contento con su cargamento, como dijera el gran Rafael Hernández en su conocido “Lamento Borincano”. Todos los Riestra enchufaron a sus respectivas parejas, y la más grave de estas ofensas fue entronizar en un área tan sensible como la educación a la esposa del mayorcito. Creyeron, ¡oh, ilusos!, que su reino no tendría fin. Así pues, es necesario que la gente sepa que nada tiene que ver una familia con la otra. Los Riestra tenían una relación parasitaria con el poder. Lo Méndez Márquez, una relación simbiótica y/o mutualista. Cosas de la biología que el proto-periodista ignora. No me cabe la menor duda de que muchos conocidos míos (y lectores asiduos de mis entregas) se preguntarán ¿porque ocuparme de este personaje metido a periodista? Y, ¿cuáles son las razones para arremeter contra los Riestra? Me explico: conocí a los jóvenes Riestra como funcionarios y conozco a la familia MENDEZ MÁRQUEZ. Hacer un paralelismo entre unos y otros resulta una ofensa, y créanme que no me mueve el afecto y el reconocimiento a la trayectoria de los segundos. Más bien me pareció necesario poner en su sitio al “dedo de baqueta” que aporrea el teclado por consigna, con el único fin de desprestigiar a una estirpe de luchadores incansables que no han escatimado esfuerzos en pro del bienestar social de este Estado que no merece que un paleto del periodismo confunda de manera dolosa a una familia decente y con firmes ideologías a las que nunca han declinado, con los Riestra Piña: viudos porcinos de este sexenio en la 4T.

¿Así o más claro?…

Lo digo sin acritud, pero lo digo.

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