Por Luis Conde / @luis_cond
Durante la pandemia por COVID-19 han surgido, como en cada hecho coyuntural, voces que se dedican a aplaudir lo que digan y hagan los funcionarios en turno. Y, en contraparte, existen también aquellos que no escatiman en lanzar críticas contra las autoridades por sus acciones a favor de la salud de la sociedad. En ambos casos, se hace por convicción o por encargo, así funciona la política.
Sin embargo, hay algo más que el confinamiento por COVID-19 nos ha regalado: que autoridades, políticos y personajes de la farándula se pongan “de pechito” para ser el foco de críticas, ya sea por su nulo manejo de crisis, por contradecir sus propios datos y hasta por lazar sandeces que los hacen el hazmerreír de las masas.
Un caso muy sonado fue el de Miguel Barbosa Huerta, gobernador de Puebla, quien se convirtió en tendencia nacional por un dicho nada afortunado. El mandatario estatal afirmó en una rueda de prensa que la enfermedad causada por el virus SARS-COV-2 afectaba nada más a las familias acomodadas, contradiciendo a las autoridades de salud no sólo locales y nacionales, sino a la propia Organización Mundial de la Salud.
“(El coronavirus) sólo de la da a los ricos, los pobres estamos inmunes»
La fuerza ¿moral? Del presidente
Amado por unos y odiado por otros. Lo cierto es que la figura de Hugo López-Gatell Ramírez ha sido la más seguida y escuchada durante la pandemia de COVID-19 en México. El subsecretario de Salud ha sido también elogiado por su capacidad para conectar con las audiencias y para explicar conceptos técnicos de forma simple, además de su famoso y viral #QuédateEnCasa, que lo ha hecho protagonista de memes y a ser el crush de tías y madres mexicanas.
Pero ojo, eso no quiere decir que el trabajo del experto en epidemiología ha sido impecable, pues en una de las famosas mañaneras del presidente López Obrador, Gatell dijo que la “fuerza moral del presidente” impedía que AMLO esparciera el virus si se llegase a contagiar.
“La fuerza del presidente es moral, no es una fuerza de contagio, en términos de una persona, un individuo que pudiera contagiar a otros”, comentó, lo que le causó una oleada de duras críticas por llevar la contraria a su propio mensaje de que todas y todos podemos ser portadores y enfermar por el virus.
Paty Navidad y las conspiraciones
Una celebridad que siempre está en el ojo del huracán por sus declaraciones y opiniones es Paty Navidad, la actriz que durante esta pandemia nos regaló joyas como pedir que se grabaran hospitales para “comprobar que el COVID no existe”, llamado que lanzó en su perfil de Twitter.
La también cantante invitó a sus seguidores a salir de sus casas y acudir a hospitales para verificar que se encontraban desbordados por personas contagiadas de COVID-19, y, en su caso, comprobar que quienes se reportaran enfermos fueran casos de coronavirus.
“Salgamos a grabar hospitales, cada quien el que tenga cerca, no avisemos hora ni día, si es verdad colaboremos y ayudemos, si es mentira, expongámoslo, las dudas sólo se quitarán de esa manera, si están llenos es importante checar que sean reales los diagnósticos de Covid. Va? “(Sic).
AMLO y el anillo al dedo
Otro personaje que ojalá no estuviera en esta lista es nada más y nada menos que Andrés Manuel López Obrador, el presidente de México. ¿Por qué está entre estas desatinadas víctimas del juicio de las redes sociales? Porque el mandatario mexicano ha contradicho los datos oficiales sobre la pandemia en más de una ocasión, desestimando el trabajo del personal de salud, de funcionarios y de gobiernos locales.
Pero eso no es todo, pues durante una de las famosas mañaneras desde Palacio Nacional, el mandatario dijo que la crisis sanitaria por la propagación del COVID-19 le quedaba “como anillo al dedo” para concretar los objetivos de su gestión al frente del país.
“Ayer usé por primera vez el término crisis transitoria, esto no va a tardar y vamos a salir fortalecidos, y vamos a salir fortalecidos porque no nos van a hacer cambiar en nuestro propósito de acabar con la corrupción y que haya justicia en el país. Por eso vamos a salir fortalecidos, o sea, que nos vino esto como anillo al dedo para afianzar el propósito de la transformación”, dijo.
¿Por qué es polémico? Según algunos analistas políticos y opinólogos de Twitter, los dichos del presidente sólo se pueden describir como mezquinos, porque en un país en donde hasta inicios de abril, cuando dijo la frase, México se acercaba a los 10 mil casos confirmados por COVID-19, el presidente sólo se preocupaba por afianzar su proyecto político.
“No pasa nada, oiga…”
El caso del presidente requiere un poco más de atención, no sólo por su cargo, sino porque es el influencer número uno de México y todo lo que diga y haga repercute en los estratos sociales que integran a México, como el caso del distanciamiento social, campaña emprendida por la Secretaría de Salud para llamar a la población a limitar el contacto y adoptar el aislamiento social para frenar la velocidad de contagio del virus.
¿Qué pasó? A un día de que se anunció este plan, el presidente insistió que continuaría con sus giras y mítines a lo largo del país y además conminó a la sociedad a la población a seguir abrazándose, echando por la borda todo el trabajo de su equipo especialista en salud.
“Miren, lo del coronavirus, eso de que no se puede uno abrazar… hay que abrazarse, no pasa nada”.