Dedicado a la familia ENRUÉDATE. Pero, especialmente, a mi hermano Juan Carlos.
Con cariño y afecto.
“A mí no me han dicho que he muerto. Me están diciendo que puedo luchar por mi vida”.
Enrique Guajardo
Por Aldo Cortés
El sábado doce de octubre se realizó el primer foro “ENRUÉDATE. QUEREMOS INCLUIRTE”. Un verdadero punto de inflexión. Un auditorio significativo, un ambiente familiar y la ilusión de un proyecto que, sin duda, dará mucho de qué hablar.
Mi hermano forma de este equipo incipiente y, desde el momento en que me enteré de este proyecto, no he notado más que compromiso y esfuerzo. Estos dos últimos sustantivos resultan más plausibles cuando la causa que los precede es la cultura de inclusión, la misiva de superar prejuicios, de redireccionar una sociedad obcecada en su apatía y, desde luego, la misión de reconciliar la voluntad con la vida.
El Foro tuvo por inauguración una sensible remembranza del origen de ENRUÈDATE. Cosas así no se improvisan, nacen de la identidad de espíritu y la sincronía de pensamiento. La familia Enruédate es el cariño desinteresado, el tacto de personas que son conscientes de un cambio verdadero. Un ciclo de ponencias con matices distintos, experiencias encomiables y, sin embargo, un mensaje único: vivir. La primera charla –es preciso llamarla así– corrió a cargo de Bosco Gómez; artista de renombre internacional, pintor y amigo. La naturalidad de sus palabras, el hálito de su vibra y su talento hicieron de una atmósfera enriquecedora. Bosco no ahondó en lo que mucha gente –seguramente– esperaba escuchar, por el contrario, contó las anécdotas que cualquier persona de su edad querría tener, adelantó los proyectos que le deparan, puso chistes sobre la mesa, pero, detrás de estas palabras, definitivamente habitaba el verdadero mensaje: creer. Bosco describió el síndrome que padece desde el momento en que nació, con todo, jamás refirió sentirse frustrado o algo parecido, contra todo, expresó con alegría que sólo representó otra forma de oportunidad. Lo escuché con atención, pero mientras el tiempo sucedía, únicamente podía pensar en lo que he perdido por miedo a perder.
Christian Ayala fue el segundo conferencista. Su legado, en palabras suyas, es haber fundado una familia. Un ejemplo de valentía y voluntad. Conquistador de mares, porque sólo cuando tengas que luchas por tu vida sabrás cuál es el significado de esta. Sus palabras repletas de emoción, el gesto ecuánime, pero el corazón como portal de su voz. Christian, sin duda, no sólo ha apoyado a niños con cáncer, también ha hecho de su vida una filosofía de aprendizaje. Y como dice Neruda, algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas. Christian puede decir por qué está aquí.
Sólo se es digno del futuro cuando eres capaz de evolucionar tu pasado. Enrique ‘Kike’ Guajardo cerró de manera excepcional tan emotivo evento. ‘Kike’ contó como venció dos veces al cáncer y el valor de su estirpe al superar más de veinticinco operaciones y contando. La luz de la conciencia, la sabiduría y la felicidad brotan y bailan, lo juro, allí donde la vida, sin dejar de serlo, se transforma en muerte. La muerte lo acechó tan de cerca. Porque, con todo, la palabra excusa no existe en su vocabulario. ¿La excusa perfecta? La de no querer trascender, la de no resguardar el temple de un legado, la de rendirse y no oponerse a la existencia.
ENRUÉDATE es sinónimo de familia. Conozco a algunos de sus integrantes y, por fortuna, también soy amigo de ellos. El Presidente y Vicepresidente de esta gran asociación civil, Víctor y Carlos respectivamente, son grandes amigos de mi hermano, por consiguiente, también son míos. El presidente Víctor inauguró el evento con una sensible plática, digna de una misión tan noble. Carlos, vicepresidente, o bien, Charlie MT como es conocido en sus redes sociales, es otro gran ejemplo de osadía y hazaña. Héroes de las circunstancias. Eso es tener raza. Eso es tener grandeza.
Foro digno de pertenecer a la memoria de cualquier persona. ¡Enhorabuena! ¡Bienvenido sea! El camino se hace al andar y, en efecto, hay que crear los propios. La discapacidad ha superado los prejuicios. ¿Hacia dónde vamos? Eso no importa, pero el destino sigue creciendo. La voluntad no está en los libros. El talento sin hambre es nada. Nosotros sin personas que realizan tan loable enmienda, somos infortunados.