jueves, noviembre 21 2024

a mi mejor amigo, al mejor papá, a Carlos Meza Viveros

por Carlos Meza Torres

El pasado fin de semana tuve la oportunidad de ir a la Fórmula 1, y he de decir que fue una de las experiencias más emocionantes que he vivido.

Yo las había visto siempre en la televisión. Veía, por ejemplo, cómo pasaban esos carros bellísimos a velocidades de locura. En televisión uno tiene chance de mirar dentro de los carros porque cada piloto lleva su propia cámara en el casco, pero esta ocasión fue muy distinta.

A principios de la semana pasada mi papá recibió un sobre por parte de su amigo don José Abed, a quien yo tuve oportunidad de entrevistar hace un tiempo. El sobre contenía algo que es invaluable: los boletos que cumplirían un sueño. Eran tres gafetes para entrar a uno de los impresionantes palcos que tiene el autódromo. Inmediatamente pensé que esos boletos debía compartirlos con dos personas fundamentales, y no dudé ni un minuto: iría con mi papá, que es el amor de mi vida y mi mejor amigo, y con Víctor Espinoza, que es mi brother del alma y compañero del proyecto Enruédate.

Fue el sábado cuando muy temprano tomamos carretera rumbo al autódromo. Siempre ir a la Ciudad de México es toda una aventura por la cantidad de gente que vive allí, pero este fin de semana sería especial, una fiesta a la que muchos mexicanos aficionados al automovilismo van. Y no sólo los aficionados a este deporte, también políticos y artistas.

El ambiente es completamente distinto a como se ve en la tele pues la verdad es que uno ve pasar los carros tan rápido que ni cuenta te das. El ruido de los motores es excitante, es como el rugido de muchos leones.

Fuimos los dos días seguidos (sábado y domingo) y ambos días estuvimos en el palco rodeados de personajes que yo había visto en la tele, uno de ellos, Antonio Attolini, que fue uno de los iniciadores del movimiento #yosoy132.

El sábado, después de la carrera, compartimos la mesa con mi amigo, el pintor Bosco Gómez que estuvo hace dos semanas en nuestro primer foro Enruédate acá en Puebla.

Encontrarme con él cerró con broche de oro el sábado.

El domingo llegamos temprano a la carrera principal, en la que salió ganador Hamilton, y gracias a las amabilidades de Elías y Yusef Abed, mi papá y yo tuvimos la oportunidad de bajar a la premiación y salir en la foto con todos los que hacen posible el evento.

Luego pasó algo rarísimo: yo no sabía que iba a tocar el dj Tiesto. A mí me encanta la música electrónica, así que no perdí el chance de estar cerca del escenario en donde cientos de cabezas se sacudían al ritmo del DJ. Lo mejor del caso fue que mi papá quiso acompañarme, ¡él, que no soporta el “punchis punchis” y el ruido de las piezas electrónicas, caminaba entre la gente que bailaba sin parar mientras tomaba cerveza y festejaba la F1! Eso es amor del bueno, ¿no?

Con este texto quiero agradecerle a Don José Abed y a sus hijos Elías y Yusef por haber hecho realidad un sueño. En verdad nos sentimos como parte de su familia, así nos hicieron sentir los organizadores.

Y por supuesto que nada de esto hubiera sido posible sin mi papá. Carlos Meza Viveros es un abogado muy conocido en Puebla, pero lo que no sabe la gente es que es mucho mejor papá. El mejor. Él siempre piensa en mí y en hermana antes que en nadie más. Es mi mejor amigo, es el más divertido de los jefes. ¡Qué mas puedo decir!, gracias papá, por ser mi padre y por pensar todo el tiempo en darnos a mi hermana y a mí los momentos más felices que,  si no fueran a tu lado, no serían igual.

Tú también eres mi motor doble turbo, más fuerte y chingón que el de Hamilton.

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