El singular origen de la flor de Cempasúchil
Cempasúchil: cualquier mexicano está familiarizado con esta singular palabra que posee un significado que remonta a tiempos inmemoriales. La flor de cempasúchil es esa que florece en octubre y noviembre, que trae consigo el recuerdo de aquellos que nos han abandonado.
La historia sobre su origen, viene con los olmecas y los mexicas, que al tenerla dentro de sus territorios, no dudaron en tomarlas para decorar a sus altares y darles la bienvenida a las almas de sus seres más queridos, aunque también los aztecas han colaborado a enriquecer su folclor.
La historia de amor de Xóchitl
Por otro lado, una de las crónicas que cuentan tras el origen de la flor de cempasúchil viene de los aztecas, y no es otra que la leyenda de Xóchitl y Huitzilin. Esta habla sobre dos jóvenes que se amaban profundamente, y que compartían una gran devoción con Tonatiuh (el dios del sol). Se cuenta por las tardes iban a ofrecer sus ofrendas al dios junto, lo que era de su agradado.
El tiempo pasó y Huitzilin tuvo que ir a la guerra, en la que pereció no mucho tiempo después, algo que causó un gran dolor en su amada, por lo que por última vez subió al cerro para pedirle a Tonatiuh estar de nuevo con su gran amor, por lo que él, consciente de que en vida Huitizilin le había sido muy devoto, llevó su afecto más allá de la muerte transformándolo a Xóchitl en una flor que brillaría a la luz del sol, que no es otra que el cempasúchil.