domingo, noviembre 24 2024

¿Morir hinchado o arrugado? Esa es la cuestión…

La literatura está íntimamente ligada al alcohol, y al revés.

Digamos que el escritor es casi siempre muy buen amigo del whiskey. Y muchos de esos escritores dipsómanos han sabido retratar con maestría los placeres (e infiernos) dionisiacos con la mayor autoridad moral que les confiere su larga experiencia en el arte de empinar el codo.

La costumbre de echarse sus quiebres para inspirarse viene desde los filósofos griegos, que paseaban envueltos en túnicas blanquísimas disertando sobre los conflictos del ser, hasta los autores contemporáneos que se ponen unas borracheras infames de buró mientras aporrean el teclado mientras intentan nuevas (y bizarras) formas de retratar el vacío.

 

Dorsia te recomienda estos libros para entender a los más entrañables borrachos que deambulan (y zigzaguean) por un montón de páginas

 

Bajo el Volcán

(Malcolm Lowry /Ediciones ERA)

La trama se desarrolla en Cuernavaca, Morelos durante la celebración de los muertos en épocas del cardenismo.

El cónsul Geoffrey Firmin es un bebedor profesional de mezcal y cliente puntual de la estricnina.

Camina por las calles de la vieja Cuauhnáhuac: del Casino de la Selva a su casa, y de reversa.

Su esposa, Ivonne, que ya no sabe qué hacer con ese marido que parece una uva, le pone los cuernos aprovechando su eterna embriaguez.

Es un descenso a los infiernos etílicos.

Una de las más grandes novelas del siglo veinte mexicano, aunque haya sido escrita por un inglés.

Bajo el volcán es una obra llena de simbolismos y podría ser considerada como una novela de auto ficción, ya que el Cónsul Firmin poseía todos los vicios y las fobias del mítico Lowry.

 

Vivir y Beber

(Hugo Hiriart /Cal y Arena)

Hugo Hiriart es, sin duda, uno de los más brillantes escritores mexicanos.

Vivir y beber es un ensayo breve sobre el alcoholismo que dota al lector de varias luces para que, en dado caso de estar metidos en esa espiral tóxica, puedan salir.

El autor sabe de lo que habla pues durante muchos años pasó del placer infinito de la copa social al limbo del vicio.

Vivir y Beber está escrito con una prosa extraordinaria y dentro del pequeño tomo publicado por Cal y Arena, Hiriart pasa de la ironía a la seriedad como quien transita de una borrachera a la resaca.

Vivir y beber es un testimonio, pero también una introducción interesantísima (y atractiva) al mundo AA.

 

 

 

Manual para las mujeres de la limpieza

(Lucia Berlin /Alfaguara)

La “Berlin” era el secreto mejor guardado de la literatura gringa.

Gracias a Alfaguara, los lectores de lengua castellana podemos (literalmente) embriagarnos con sus relatos.

Manual… es una compilación de los mejores cuentos de esta escritora que vivió largas temporadas en Chile y en México.

Su pluma nos recuerda al mejor Raymond Carver (otro bebedor legendario).

Casi todos sus cuentos tienen como elemento principal una botella de Jim Beam, ese bourbon horroroso que toma la “working class” estadunidense.

A Lucia Berlin la persiguió casi toda su vida el fantasma del dios Baco. Su vida es digna de una novela a la Malcolm Lowry.

Las protagonistas de sus relatos son siempre mujeres rotas y desorientadas que acaban refugiándose en la botella para ahuyentar sus demonios (cosa que sabemos que nadie logra).

 

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