miércoles, noviembre 20 2024

Todo escándalo genera reacciones, de otra forma no serían escándalos, sino llamaradas de petate. El movimiento #Metoo dio eco a millones de voces que callaron durante años por temor. Sin embargo, siempre es saludable que surjan opiniones encontradas.

Ya hablaron las víctimas. Ya señalaron a “su monstruo”. Esos monstruos sufrieron sus merecidas consecuencias. Pero un tufo pestilente de autoridad moral circunda las calles, los bares, los periódicos y las plataformas.

El llamado “Tren del mame” pasa cada cinco minutos y a él se suben un sinfín de árbitros morales. Muchos de ellos no autorizados.

El brazo fundamentalista del feminismo está haciendo fiesta con los jirones de piel que saltan en el zipizape. Las redes son sucursales de rastros municipales… sólo que no son vacas ni cerdos los que van al matadero. Son hombres. Elegidos, muchas de las veces, al azar por las acusadoras. Esto es un ring de box. O más bien un cuadrilátero de lucha libre barriobajera.

Acá están permitidas las mordidas, los jalones de pelo, los piquetes de ojo, los apretones de huevos y todo lo que se considere como “golpes bajos”. ¡En esta esquina las víctimas! (legítimas o no). ¡En la otra los malosos que defienden el hetero-patriarcado! (¿o no serán más bien éstos últimos simples defensores del sentido común?).

LOS RUDOS:

«Hay muchas actrices que provocan a los productores para conseguir un papel. Después, para que se hable de ellas, dicen que sufrieron acoso (…)Yo nunca he sido víctima de acoso sexual. Y me parecía encantador que me dijeran que era muy guapa o que tenía un buen culo. Este tipo de cumplidos son agradables”.
Brigitte Bardot
Actriz, símbolo sexual del siglo XX, doblada de activista.

«Frente a la catastróficamente imbécil realidad actual, todas las mujeres brillantes que conozco han tenido que intercambiar sus ideas por posturas; tenido que remplazar el libre ejercicio del pensamiento complejo por el aburrido derecho a salir a la calle con cartulinas. Haber tenido que rebobinar al feminismo de la era Sputnik, me produce largos bostezos. Cuando lo oigo venir, me predispongo a una sordera selectiva».
Valeria Luiselli
Escritora.

«Me preocupa este nuevo puritanismo, impregnado de odio hacia los hombres, que nos llega en la estela del movimiento #MeToo (…) como artista, uno empieza a estar confrontado al miedo ante esta cruzada contra cualquier forma de erotismo. El imperio de los sentidos, de Oshima, una de las películas más profundas sobre la sexualidad, no podría filmarse hoy (…) Desde luego, cualquier forma de violación o abuso sexual debe ser sancionado. Pero esta histeria y las condenas sin proceso a las que asistimos hoy me parecen repugnantes».
Michael Haneke
Director de cine, autor de películas como La pianista (2001) o Funny Games (1997).

«Ha llegado el momento de que hombres y mujeres establezcan un protocolo preciso de actuación entre mujer y hombre, hombre y hombre, mujer y mujer, para que la gente sepa a qué atenerse. Ante cualquier avance quizá deba pedirse permiso: “Me apetece besarte, ¿puedo?” Y, una vez concedido ese: “Ahora quisiera tocarte el pecho, ¿puedo?” Y así, paso a paso, hasta la última instancia: “Aunque ya estemos desnudos y abrazados, ¿puedo consumar?” Tal vez convendría firmar cláusulas sobre la marcha (…) si la boca o el muslo se apartan, casi todos hemos solido entender el mensaje y nos hemos retirado y disculpado. Pero que alguien intente besarnos (…) no ha sido nunca violencia ni acoso ni abuso. La insistencia tras el rechazo puede empezar a ser lo segundo, la aproximación y el tanteo no. Tampoco ese grave pecado actual, tirar los tejos o “intentar seducir”. La intimidación, el chantaje, la amenaza de una represalia, son intolerables, no digamos el uso de la fuerza. Pero urge redefinir todo esto, si ahora es hostigamiento y condenable tocar una rodilla, insinuarse con una broma o pedir un absurdo masaje en los pies».
Javier Marías
Escritor, traductor y editor español, miembro de número de la Real Academia Española, donde ocupa el sillón «R».

«HEn demasiadas ocasiones, las mujeres y otras víctimas de abusos sexuales, al no obtener respuestas adecuadas ni de las instituciones ni de las empresas, utilizan otra nueva herramienta: Internet. (…) La condena sin un proceso judicial es el primer paso hacia la ausencia de justicia, para que el sistema se corrompa como en el período prerrevolucionario en Francia».
Margaret Atwood
Poeta, novelista, crítica literaria, profesora y activista política canadiense.

«La violación es un crimen. Pero la seducción insistente o torpe no es un delito, ni la galantería una agresión machista (…) Desde el caso Weinstein se ha producido una toma de conciencia sobre la violencia sexual ejercida contra las mujeres, especialmente en el marco profesional, donde ciertos hombres abusan de su poder. Eso era necesario. Pero esta liberación de la palabra se transforma en lo contrario: se nos ordena hablar como es debido y callarnos lo que moleste, y quienes se niegan a plegarse ante esas órdenes son vistas como traidoras y cómplices (…)No creo que sea la forma más adecuada de cambiar las cosas. ¿Después qué vendrá? ¿’Denuncia a tu puta’? Son términos muy excesivos. Y, sobre todo, creo que no resuelven el problema».
Catherine Deneuve
Actriz francesa.

«Soy culpable, por haberla colocado en ese coche, pero no por lo que la gente está diciendo que soy culpable».
Quentin Tarantino
Director, guionista, actor y productor de cine.

 

LOS TÉCNICOS:

«Son muchas las lesbianas que afirman haber escogido serlo o bien por razones políticas o, si bien no conciencian esa elección, dicen haber llegado a la conclusión de que como lesbianas son más felices, ya que encuentran que las relaciones entre mujeres están dotadas de cualidades que no encuentran en los hombres».
Beatriz Gimeno
Activista y diputada por PODEMOS de la X legislatura de la Asamblea de Madrid.

«Quentin vino a mi tráiler y no quería un ‘No’ por respuesta, como cualquier director. Estaba furioso porque yo estaba costándole mucho tiempo. Pero estaba asustada (…) Quentin y yo tuvimos una pelea enorme, y lo acusé de haber intentado matarme. Y se enfadó mucho al respecto, supongo que comprensiblemente, porque él no pensaba que había tratado de matarme».
Uma Thurman
Actriz.

«Los hombres con poder (valga el pleonasmo) se siguen aventando como el Borras (por cierto, ¡¿quién es el Borras y por qué se avienta?!) porque pueden, aunque las señales de reciprocidad sean nulas o incluso si hay un rechazo explícito, y ahí ya están importunando, lo cual no es una libertad, no mamen».
Tamara De Anda
Alias “Plaqueta” *Comunicóloga y activista que demandó a un taxista por gritarle “Guapa” desde su taxi.

«Estaba en ropa interior, yo estaba completamente vestido. Supuse que era una especie de ‘buenos días’ de un actor de teatro de Nueva York (…) Me sentí incómodo en el mejor de los casos, traumatizado en el peor».
Anthony Rapp
Actor y cantante estadunidense que jura haber sido acosado en la adolescencia por Kevin Spacey.

«Cuando nosotras decimos que somos portavozas o jóvenas lo que decimos es que estamos aquí, estamos en este país. Somos médicas, somos enfermeras, somos limpiadoras, somos ingenieras, somos políticas, somos muchas cosas, y nosotras construimos este país y estamos en esta sociedad para construir este país».
Purificación Causapié
Portavoz(a) del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid.

«Me doy cuenta de lo problemático que fue hasta que los dos llegamos a la cuestión del consentimiento. El camino que llevaba hasta allí estaba plagado de abuso inapropiado de la autoridad, posición y privilegio(…) lo que sucedió entre Bill Clinton y yo no fue una agresión sexual, aunque ahora reconocemos que constituyó un grave abuso de poder».
Monica Lewinsky
Ex becaria de la Casa Blanca.

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