viernes, noviembre 22 2024

A Alan Estrada, por ser excelente persona pero, sobre todo, una inspiración y motor seguramente para muchos, pero para mí, más.

Por Víctor Fernández Espinoza

“Este país tiene selva, montaña, desierto, mar, miles de años de historia y una gastronomía espectacular, que hacen que a cualquiera le den ganas de convertirse en arqueólogo, historiador o chef; BIENVENIDOS A PERÚ”.

-Alan Estrada.

Mi hermano, Carlos Jorge Meza, me llamó casi al término de mi rutina de gimnasio del día.

Eran las 9:35 am cuando me dijo: “Alan por el mundo está en Puebla”, dejé todo lo que estaba haciendo para inmediatamente buscar en sus redes sociales y, efectivamente, estaba en Puebla.

Quizá si hubiera revisado sus redes la noche previa, me hubiera dado cuenta que estaría en Galerías Serdán y lo hubiera conocido.

Con toda la actitud, esperanza y anhelo de poder conocerlo, le escribí a Violeta. Violeta es una chica muy activa, que trabaja con Alan, con la que platiqué hace unos cuantos meses, la posibilidad de que Alan Estrada pudiera estar en el primer foro Enruédate, con su conferencia “El poder de los viajes”, como algunos saben, por fechas, Alan no pudo acompañarnos, pero mantuve el contacto con Violeta por el futuro que nos aguarda.

Así que decidí escribirle con la posibilidad de que Alan aceptara una invitación a comer y poder invitarlo personalmente al siguiente foro enruédate en el 2020; la agenda de Alan, como es de esperarse, estaba llena y no lo culpo, seguramente muchas más personas se me adelantaron y no saben cómo me sentí, la impotencia que viví. Cumplir uno de mis sueños y yo mismo habérmelo arrebatado.

Regresé a casa pensando en qué podría hacer para cumplir un sueño más. En el camino, Violeta me mandé un dato y detalle que no podría desaprovechar; trascribo: “Alan estará en Liverpool de Angelópolis a las 5:00 pm”.

Hice un par de llamadas para ausentarme a mis dos trabajos. A mis pacientes del día los reagendé y le pedí permiso a mi jefe para ausentarme.

Exactamente a las 2:30 pm estaba entrando a Liverpool de Angelópolis, éramos los sextos en la fila, digo éramos porque iban conmigo los nervios y la emoción de conocer a mi “influencer”, “YouTuber”, “viajero” favorito pero más que eso, era conocer a la persona que me inspiró a viajar y a hacer lo que me apasiona en la vida… y ¿qué creen? Eso es lo que hago.

Con esa emoción de cumplir uno de mis sueños (si no les ha quedado claro es conocer a Alan), mi anhelo de poder compartir una comida con él se esfumaba (por el momento), no sabía que me podría firmar, no tenia idea de cual era la logística, simplemente estaba gradecido con Violeta por darme ese detalle que por insignificante que parezca, para mí era el de cumplir un sueño.

Alan, muy puntual por cierto, llegó a las 4:45 pm, yo estaba compartiendo cómo me sentía con uno de mis mejores amigos, Lalo Taylor, y el cual, en cuanto escuchó los gritos de todas las fans (y quizá alguno mío) me dijo, y transcribo; “Disfrútalo, vívelo, me llamas cuando salgas”.

El tiempo pasó volando, no me di cuenta el momento en el que ya era el próximo en la fila, el tiempo se paró un instante en mi mente y recordé el primer día que lo conocí; lo conocí “virtualmente” por la invitación de una gran familia a un viaje a Perú, quería sonar interesante, tener alguna opción si teníamos tiempo libre, algún tema de conversación pero sobre todo pasar y tener una experiencia inolvidable para todos. Aquí dejo nuevamente un ¡GRACIAS! Por si me leen.

El colocar en el buscador de YouTube “¿Qué hay que hacer en Perú? Y que la primera opción sea el video que estoy escuchando en estos momento. Alan me llevo a Perú sin la necesidad de volar, me hizo sentir que estaba compartiendo ese viaje con él, convirtiéndose en un nuevo sueño “volar con Alan a un gran destino, aprender y disfrutar muchísimo de todas las experiencias”.

En ese momento fue cuando recordé el ver sus videos de Perú, anotar sus datos y recomendaciones recostado en una cama.

Voltear al pasado y recordar lo afortunado y feliz que era, ocasiónó que la primer lagrima de la tarde saliera.

Cuando me di cuenta, el personal de seguridad me dijo “pasa” y retiró la unifila.  Estaba ahí, frente a Alan a un lado de Violeta, a quien saludé y agradecí la invitación y sobre todo informarme de lo que estaba apunto de vivir.

-¡¡Holaaaa!! ¿Cómo estas?

Lo único que pude responder fue “No manches, voy a llorar”.

Alan soltó una carcajada y me preguntó “¿por qué?”

“Esto es un sueño, estoy cumpliendo un sueño”, respondí.

Me abrazó y ahí las siguientes lagrimas salieron.

Todo fue muy rápido, hablamos de Enruédate y el próximo foro, platicamos de Perú, de la película “¿Conoces a Tomás?”, en donde él fue participe, una película mexicana en donde el autismo estaba presente.

¿Por qué Alan para el foro? Sin preguntármelo le contesté.

“Cuando tú vas a un nuevo país, por un momento tienes discapacidad; ya que no hablas su idioma y la forma de comunicación va a ser difícil, por el lenguaje, por la cultura y por las barreras que se sumen”.

-¡Oye! me gusto eso. – Me respondió.

Le regalé una libreta que para mí significaba mucho, el único detalle que tenía del primer foro enruédate, se la regalé con todo el cariño a Alan.

Porque él pudo (y sé que será) ser participe del foro con su conferencia y porque (repito) él me inspiró a hacer y dedicarme a lo que más me gusta y apasiona de la vida.

Me firmó mi agenda (ya que era lo único que llevaba) en la hoja del día de mi cumpleaños el cual fue un día muy feliz, en donde me escribieron muchas personas, que hoy también se hicieron presentes.

¿Ustedes creen en el destino? Porque yo sí, y mucho.

Sellé mi sueño con una foto y un abrazo, más corto que el primero.

Alan me dijo “cuídate”, con el ángel que se carga y tan buena vibra que tiene, sé que a él lo cuidan muchas personas, igual que a mí.

Salí de la multitud con un mensaje de Violeta: Nos escribimos.

Cuando estaba ya fuera del circulo, volteé hacia atrás y observé lo que había vivido unos segundos antes.

Conocí y platiqué con una persona que me inspiró a más, con una persona que me trajo recuerdos muy bellos de cuando veía sus videos en compañía, observé de lejos (como me gusta) la gran persona que es, y la sonrisa que siempre tiene, di dos pasos al frente y fue ahí donde me quebré, en donde las lagrimas salieron como cascada, por las memorias que recordé, por los viajes que he hecho al lado de Alan desde mi habitación, porque había cumplido un sueño, porque sé que pronto podré cumplir más sueños que lo incluyen, porque sé que cuando trabajas duro, cuando lo que haces lo haces con pasión, cuando lo haces sin “chingarse” al de al lado, cuando crees en el amor, en la magia, cuando incluyes y le pides al destino, la vida o a alguna deidad (dependiendo de sus creencias) con todas tus fuerzas que es lo que quieres y sueñas… te lo da.

Gracias, Alan. Gracias por transportarme a mis recuerdos y mi pasado, por recordarme de dónde vengo y hacia dónde quiero ir. Gracias por inspirarme a más, gracias por llevarme contigo escondido en tu maleta a todos tus destinos, gracias por hacerme vivir lo que tú vives; gracias por las miles de pruebas de colchón que hacemos juntos, gracias por enseñarme que comer rico no engorda, gracias por  hacerme creer en mis sueños, gracias por hacerme creer en mó, gracias por todo amigo…

¡GRACIAS, ALAN, MUCHAS GRACIAS!

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