viernes, mayo 3 2024

La coordinadora de la Academia de Inmunología de la Facultad de Medicina de la la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), María Alicia Díaz y Orea, señaló que gracias a su investigación con pacientes que sufren cáncer gástrico, ha logrado diagnosticar oportunamente este padecimiento y aportar a su tratamiento.

En un comunicado, la máxima casa de estudios de Puebla resaltó que el contacto directo que ha tenido la especialista con estos pacientes, le ha enseñado que la sintomatología que experimentan, muchas veces es confundida con otros malestares que restan tiempo valioso a la posibilidad de salvar su vida.

Indicó que los pacientes expresan malestar por acidez, gastritis, indigestión, vómito, debilidad y dolor abdominal, por tanto, más de 65 por ciento de las personas con cáncer gástrico acuden a revisión cuando la enfermedad está avanzada o con metástasis.

Díaz y Orea precisó que la pertinencia de sus resultados, entre ellos, el desarrollo de un anticuerpo monoclonal muy específico, detecta en estados tempranos el cáncer gástrico difuso.

Añadió que sobre todo abre las puertas para un tratamiento, ya que en pruebas con animales de laboratorio donde logró la reducción de tumores hasta un 50 por ciento.

“Trabajamos por un anticuerpo monoclonal que pueda utilizarse para el diagnóstico y tratamiento. Ya lo tenemos, fue probado in vitro e in vivo en ratones. Los resultados son que al inyectarles el anticuerpo se reduce el tamaño del tumor un 50 por ciento en 60 días. Nos falta la experimentación en humanos, pero hacia allá orientamos”, anotó.

La también jefa del Departamento de Inmunología Experimental de la Facultad de Medicina, propone que a partir de un antígeno de superficie de la célula tumoral, pueden preparar un anticuerpo monoclonal, que sería mucho más específico para detectar este tipo de cáncer, y combatir este padecimiento.

Subrayó que el anticuerpo induce una citotoxicidad celular que destruye la célula tumoral, partiendo del proceso inmunológico que se genera cuando un anticuerpo reconoce a los antígenos de superficie de la célula tumoral y se adhieren a ellas para inducir la destrucción.

La académica de la BUAP explicó que en la membrana de la célula tumoral se encuentra el antígeno y es ahí donde llega el anticuerpo para adherirse.

“Cuando llega la célula NK (Natural Killer) o asesinas naturales, lo reconoce por medio de su receptor de activación, se pega y dispara gran cantidad de gránulos que contienen proteínas llamadas perforinas y granzimas, originando un orificio en la membrana y destruyendo la célula tumoral”, sentenció.

Enfatizó que las células parecen un multifamiliar con muchas antenas y al poner en contacto su anticuerpo (en forma de Y) este se pega y cuando llega la célula NK actúa sobre la célula tumoral.

“Nuestro anticuerpo activa la célula NK e induce la citotoxicidad celular, de ahí, que ya hicimos pruebas en ratones y logramos disminuir el tamaño del tumor”, puntualizó.

La investigadora considera que la destrucción de la célula tumoral también se puede apoyar de la radiación, que, sumada a la citotoxicidad, daría resultados mucho más efectivos.

En laboratorio obtuvo en un inicio de su investigación, un antígeno que purificó para conseguir un anticuerpo policlonal que probó en las biopsias de los pacientes con cáncer gástrico difuso y cáncer gástrico intestinal, detalló.

Con lo anterior, observó que este anticuerpo era específico para detectar antígenos de superficie de células tumorales de cáncer gástrico difuso, por lo que con esas muestras de tumores, llevó a cabo un cultivo para obtener las células tumorales y así observar los antígenos que liberaban.

Refirió que todas las células liberan proteínas, pero en el caso de las tumorales, estas emiten las que se conocen como antígenos.

“Hicimos pruebas con las proteínas y así encontramos la CGA5, con ella obtuvimos el antígeno que purificamos para inmunizar a un conejo y generar el anticuerpo contra este antígeno”, apuntó.

Manifestó que dicha prueba permitió detectar que induce una respuesta inmunológica muy activa.

Díaz y Orea aclaró que este antígeno sí detecta el cáncer gástrico difuso, pero no el cáncer gástrico intestinal, por lo que según mediciones que realizan en laboratorio, en Puebla existe un porcentaje más elevado del gástrico difuso, en una proporción de 80 pacientes por cada siete con gástrico intestinal, afectando a la población femenina.

Explicó que la mayoría de los tumores malignos de estómago se originan de las células glandulares de la capa que reviste al estómago y son llamados adenocarcinomas.

Puntualizó que el cáncer gástrico difuso es de los más agresivos, debido a que es un adenocarcinoma y se difunde en toda la pared del estómago.

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