jueves, noviembre 21 2024

Por: Fredo Godínez 

 

I

Conforme los años pasan y la lectura más que un entretenimiento –o un hobbie–, se vuelve parte dela vida del lector, éste consciente o inconscientemente va construyendo, pienso, una biblioteca que en algún momento servirá para describir, descifrar, entender a la persona que leyó, alimentó y conservó dicha biblioteca.

Y es, probablemente, bajo ese precepto que me he esforzado por tener la obra completa de algunos escritores que han llamado mi atención.

En mi colaboración pasada compartía que uno de mis intereses recientes ha sido leer a los autores y autoras nacidas entre 1980 y 1990 e incluso 2000, y así conocer a fondo las búsquedas de mi generación.

Una de esas autoras que pertenecen a mi generación es Brenda Lozano, una escritora que se diera a conocer en 2009 con su ópera prima: Todo Nada (Tusquets, 2009) y después de una larga espera llegaría su segundo libro: Cuaderno Ideal (Alfaguara, 2014).

En ambas novelas, Brenda demostraba poseer una capacidad para construir una ficción donde la realidad y las entrañas del autor sean pretexto para generar una narrativa que entretiene al mismo tiempo que confronta y le regala al lector una sensación de empatía ya sea con los personajes o con los hechos narrados.

 

II

El año pasado Brenda Lozano regresó al mundo editorial con un nuevo libro, pero ahora de cuentos: Cómo piensan las piedras (Alfaguara / Penguin Random House, 2017). Algo que a muchos lectores sorprendió, pues la mayoría esperaba encontrarse con otra novela. Sin embargo la autora decidió salir del estado de confort y enfrentarse a un nuevo género. Un ejercicio del que salió avante, pues ha entregado una colección de cuentos igual de ricos que sus anteriores novelas.

Cómo piensan las piedras está conformado por un total de catorce cuentos con diversas temáticas que contienen un par de vasos comunicantes: una especie de discurso/ narración íntima que hace al lector sentirse cercano a los protagonistas  de cada historia y el manejo de la ausencia; así como la presencia de la palabra/objeto piedra en cada una de las historias.

De las cosas que más me sorprendieron de este libro es el manejo de lo fantástico en alguno de sus cuentos como puede verse en: Elefantes, Monólogo de la fotocopiadora o en lo quieto, lo turbio.

Así como el ejercicio de rima que realizó en el último cuento, que da nombre al libro: Cómo piensan las piedras.

Y de las cosas que más agradezco como lector es la presencia de un estilo narrativo muy constante en todos sus libros: el manejo de una especie de prosa poética.

Cómo piensan las piedras es también una constancia de los temas que le preocupan a Brenda Lozano: las relaciones amorosas, las relaciones familiares, las relación hombre/animal, la muerte, la ausencia, el silencio, el tiempo, el recuerdo, la trascendencia.

Cómo piensan las piedras bien podría ser un viaje al mundo interno de Brenda Lozano. Parodiando a cierta paleta: un viaje al chiclocentro de la autora.

 

III

Hay un extraño ejercicio que solía hacer de chico: imaginar cómo eran físicamente las personas que escuchaba en mis programas de radio favorito.

Existe un ejercicio que realizó, ahora, como lector: imaginar cómo son los escritores en su forma de ser, a través de su narrativa.

La narrativa íntima y enternecedora de Brenda Lozano, hacía que la imaginará como una mujer sencilla, tierna, tímida y reservada; algo que logré corroborar en las presentaciones y charlas a las que logré asistir y donde ella era una de las participantes.

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About Author

Fredo Godínez



Es escritor, columnista y gestor cultural. Apasionado del teatro y del Puebla de La Franja. Es experto en la literatura del Crack

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